El escritor y ex ministro de Cultura del Gobierno de Sebastián Piñera habría declarado a Radio Oasis que una “editorial estatal, bibliotecas y librerías del Estado, son propuestas inquietantes”, según publicó la revista Qué Pasa que circula esta semana.
Además, Ampuero en respuesta a la iniciativa del Gobierno de poner a funcionar bibliotecas y una editorial estatal en la próxima Ley de fomento del libro y la lectura, en su Twitter publicó que una editorial «como la que se planea, no perjudicará a las editoriales grandes e internacionales, sino a las pequeñas y emergentes”. Y agregó que aunque Quimantú -la editorial chilena creada por el gobierno de la Unidad Popular- fue una gran iniciativa, «el riesgo es que los libros sirvan para plasmar las ideas políticas de turno».
“El señor Ampuero tendría pavor ante la posibilidad que se discuta en la próxima ley de fomento del libro y la lectura la posibilidad de la existencia de una editorial y bibliotecas del Estado», respondió Dauno Tótoro, director de Ceibo Ediciones, y ese pavor radica en que estas editoriales y bibliotecas estatales «se podrían convertir en órganos de promoción, difusión de ideas políticas ajenas a las directrices del Mercado», interpreta el también escritor.
Tótoro declaró al comienzo del lanzamiento de ‘Un sueño llamado Quimantú’, de Hilda López, que «el pensamiento que representa Ampuero no le tiene temor a que sea la promoción, la publicidad, el dinero y el mercado quien determine qué libros se publican y qué libros leen los chilenos, y sí le tiene mucho miedo a que exista un órgano del Estado, compuesto por personas y profesionales de la literatura, que determine la existencia de un catálogo amplio y universal al alcance de los bolsillos de chilenos y chilenas, presente en todas las bibliotecas públicas de todas las ciudades, pueblos y colegios de este país. Gran contradicción», enfatizó.
Tótoro emplazó al ex ministro de Cultura: «Le queremos decir que por el contrario, somos las editoriales independientes, las que hemos estado cumpliendo la función de mantención, preservación, y diversificación de la literatura en este país, y que la existencia de una editorial del Estado que permita subvencionar el costo de los libros para que estos lleguen a los chilenos, y que permita la elaboración de un catálogo universal de calidad, no podría ser sino el mejor de los regalos no solo para los chilenos, sino también para las editoriales independientes. Así que nada más equivocado, señor Ampuero».
En ese marco es que para Ceibo Ediciones, terminó diciendo Tótoro, quien además participa de la Furia del Libro -iniciativa que se conformó recientemente como cooperativa de editoriales independientes- un libro como ‘Un sueño llamado Quimantú’, viene a ser imprescindible en momentos de discusiones de esta naturaleza, porque aquí está retratada la experiencia de un sueño hecho realidad y luego convertido en una de las primeras víctimas de la dictadura cívico-militar. El libro recoge en sus páginas, una de las experiencias más maravillosas del Gobierno de Salvador Allende».
‘Un sueño llamado Quimantú’ plasma testimonios recopilados por Hilda López y el de ella propio, que dan cuenta de todos los aspectos de cómo se desarrolló este sueño y se convirtió en realidad, con catálogos de literatura universal en ediciones que superaban los 200 mil ejemplares por tiraje, con precios determinados para que no costaran más que una cajetilla de cigarrillos barata. «Y luego, como todos sabemos, vino la debacle, la quema de libros y el remate de las máquinas al mejor postor», finalizó Dauno Tótoro.