Valentín Trujillo no para

Aparece en todas partes, como un nombre que cruza en las direcciones más variadas, de ida y de vuelta, de un lado a otro en el paisaje musical


Autor: berenguer


Aparece en todas partes, como un nombre que cruza en las direcciones más variadas, de ida y de vuelta, de un lado a otro en el paisaje musical. Muere Jorge Guerra, el actor que dio vida al célebre personaje infantil Pin Pon, y ahí está para recordarlo Valentín Trujillo, el hombre que protagonizó junto a su piano las temporadas más históricas de ese programa de TV para generaciones de niños. Al mismo tiempo su retrato en sepia figura en la reedición de dos discos grabados por su orquesta en los años ’50 como un testimonio de la era de la música orquestada en Chile. Y a sus 76 años el pianista trae esos mismos ecos a la actualidad como parte del más reciente álbum de Ángel Parra Trío.

Posiblemente el músico chileno más versátil de su tiempo, el pianista y director de orquesta Valentín Trujillo tiene esas y otras dimensiones en su historial. «Un año más» se llama el disco conjunto entre Ángel Parra Trío, el guitarrista de jazz Panchito Cabrera y el propio Trujillo del 2008, y es un muestrario variado de esas capacidades. Desde la cumbia «Un año más» hasta la tonada «La jardinera», de Violeta Parra, quedan transformadas ahí al ritmo del jazz bailable, emparentado con el hot jazz del guitarrista belga Django Reinhardt. Y cosas tan distintas como el foxtrot de «Norma mía» o el fox suave, casi bolero, de «Vanidad», se escuchan además actualizados en manos de Ángel Parra (hijo), Roberto Lindl y Andy Baeza, los integrantes del trío. Algo que ahora abordan nuevamente en «Espérame», un nuevo registro junto trío de Parra.

En cambio el eco directo de ese tiempo se escucha en el crujido de acetato y de vinilo de «Un piano con alma» (1958) y «Ritmos veraniegos» (1960), dos grabaciones del pianista recuperadas desde los archivos sonoros de EMI Odeon y reeditadas como parte de la serie Colección Bicentenario de ese sello disquero. Ahí un Valentín Trujillo de veinticinco años ya dirige su orquesta y se sienta al piano para interpretar variedades como un begin de Cole Porter, un bolero cubano, una rumba puertorriqueña, una marchinha brasileña, una canción italiana y hasta una plena también puertorriqueña, «Plena española», destinada a llegar tansformada en cumbia a las nuevas generaciones al son de ese barco que entra en la bahía.

Así era antes: es la idea de música bailable que tenían los chilenos de los años ’50, en los inicios de la carrera de Trujillo. «Ahí pasé a las ligas mayores, después de que en Odeón me probaran grabando unos temas por aquí y por allá. ‘Un piano con alma’ era mi primer LP. El comienzo de la historia», recuerda el propio pianista con motivo de ese disco, ahora que tiene décadas de orquestas, grabaciones, audiciones de radio, tardes con Pin Pon, Sábados Gigantes y nuevos discos en el cuerpo, y ahora que Valentín Trujillo es también el bajista de una cantante tan nueva como Javiera Mena. Ése es su nieto, claro. Trujillo también es una dinastía musical.

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David Ponce
Onda Corta
El Ciudadano


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