Violeta Parra nació en San Carlos, en la Región de Chillán, al sur de Chile el 4 de octubre de 1917 y falleció el 5 de febrero de 1967 en Santiago de Chile. Su padre era profesor de música, su madre una campesina guitarrera y cantora. Fueron nueve hermanos que vivieron su infancia en la tranquilidad del campo.
A los nueve años se inició en la guitarra y el canto, a los doce compuso sus primeras canciones, tales como boleros, corridos, y tonadas. Trabajó también en diversos lugares: circos, bares y pequeñas salas de barrio.
Fue conocida internacionalmente producto de su trabajo cultural que hizo emerger una tradición folklórica de gran riqueza, pero además fue pintora, escultora, bordadora y ceramista.
Luego de su viaje por Europa, en 1958 la Violeta Parra incursiona en la cerámica y comienza a bordar arpilleras. Los temas son cotidianos: familia, recuerdos de infancia, pasajes de la historia.
En la actualidad sus bordados son parte del patrimonio de La Fundación Violeta Parra, creada para preservar el legado de -sin duda- una gran artista.
Por Francisca Arriagada.
El Ciudadano