Cuenta José Gotopo que cuando decidió dedicarse totalmente a la pintura su familia entera entró en pánico.
“Todos mis antecesores eran unos vagos viciosos que de vez en cuando pintaban un cuadro, andaban desgarbados por la vida, no les gustaba estudiar y no se les conocía casa ni familia”.
Considera el artista que en la mayoría de los casos cuando alguien piensa en un pintor, se le viene a la mente el estereotipo de la bohemia de París de los años veinte, la que describe muy bien el escritor norteamericano Ernest Hemingway.
“Lamentablemente -asegura- ese concepto marginal del artista aún sobrevive. Muchos compradores de arte todavía creen que el pintor es un borracho que está necesitando dinero y esto supone que uno está obligado a aceptar cualquier regateo por la obra. Los pintores hemos contribuido a eso, somos el gremio más desunido y feroz, grandes caníbales comiéndose unos a otros”, confesó en entrevista para el diario venezolano Panorama.
Hoy, cuando está celebrando cuarenta años en la pintura, José Gotopo, nacido en la ciudad de Coro, estado Falcón, pero radicado en Maracaibo, estado Zulia, se regocija al afirmar que no solo disfruta al máximo lo que hace sino que vive de su arte y de su pasión.
“Todavía hay gente que se acerca y me pregunta, ¿Además de pintar usted hace otra cosa? O la clásica pregunta ¿eso que usted hace le da para vivir? Le doy gracias a Dios que este oficio me permita mantener a mi familia.”
Gotopo es licenciado en Artes Plásticas (1994) y licenciado en Educación (2004). Cursó estudios en The Art Student League of New York (1995-2001) e imparte clases de arte en la Universidad del Zulia.
Se define como un artista del renacimiento, “no veo las fronteras que dividen las disciplinas del arte, trato de pintar todos los días y en la madrugada estudio a los buenos pintores”.
Su hoja de vida exhibe un sin fin de exposiciones individuales y colectivas, así como una larga lista de premios y reconocimientos por su obra artística que puede visualizarse en su página: josegotopo.blogspot.com/
Al contextualizar su oficio en la Venezuela actual, José Gotopo reconoce que “vivir de la pintura es una hazaña”.
“Todavía puedo pintar porque mi mujer fabrica las pinturas acrílicas y yo fabrico los lienzos. Los pinceles los he comprado en el exterior, los costos para pintar una obra actualmente son muy elevados, nuestro nivel de adquisición y la calidad de vida han disminuido, perdemos demasiado tiempo tratando de encontrar alimentos, medicinas y repuestos para carros a precios incomprables. Ya no queda tiempo ni para leer libros que es uno de los grandes placeres de la vida, vivimos en una angustia perenne”.
Sin dejarse consumir por la desesperanza, el artista venezolano trata de reinventarse cada día y hoy se encuentra inmerso en una nueva temática de su obra, imbuido en el recuerdo, saldando deudas con el pasado.
“He pintado algunas estampas pueblerinas quizás dominado por la nostalgia, son obras que debí hacer en mi juventud, pero pasó el tiempo y no las hice y ahora siento los primeros síntomas de la vejez y no quiero quedar mal con la memoria, entonces he asumido esas tareas pendientes”, expresó.
Reconoce que su obra está influenciada por tres ciudades: Nueva York, Ciudad de México y Frankfurt.
“En esas urbes -asegura el artista- me topé con grandes pintores y sus obras cuyo influjo ha dado densidad a mi lenguaje visual. También valoro mucho la gira que hice por los países del Medio Oriente, desde entonces sigo investigando y descubriendo sobre la influencia de la España árabe en Latinoamérica y su importancia en la cultura”.
Una de las grandes pasiones de José Gotopo es recorrer el mundo. “Viajar es una forma de conocimiento, el viaje te nutre, te aporta, te sorprende, te convida a nuevos diálogos, te llena de alegría, es la mejor terapia el viajero siempre regresa feliz mostrando cosas, soy un viajero crónico”.
Recordó que a sus veinte años recorrió toda Venezuela, después muchos países, siempre con los sentidos abiertos, dispuesto a aprender cosas nuevas, relajado al respirar el otro aire.
“Nueva York es la mejor ciudad del mundo para pintar. Allí están las grandes tiendas de materiales para artistas, las librerías, los museos, las galerías, los festivales, es una gran vitrina que muestra lo mejor que se está haciendo en el planeta. Siempre quise estudiar en la Liga de Estudiantes de Arte de Nueva York y en 1999 me llegó la oportunidad. Obtuve una beca que me permitió pertenecer a la escuela de arte en donde estudiaron los pintores norteamericanos más prominentes del siglo veinte”.
Admite el artista venezolano que Nueva York es el lugar donde más ha pintado, “allí los profesores se encargaban de analizar y algunas veces desbaratar mi obra, era algo que yo no conseguía en otra parte. Allí gané dos veces el premio Punto Rojo, que se otorga anualmente a los cuarenta alumnos más destacados de la Liga. Mi obra arrastra la impronta expresionista de esa escuela”.
La escritura y la música también son pasiones en la vida de Gotopo. Escribe poesías, crónicas, cuentos y ensayos. También cultiva la música “la guitarra es mi eterna acompañante. Tocar la guitarra me eleva el espíritu, me afina la sensibilidad”.
Otras notas de interés:
https://www.elciudadano.cl/artes/danadas-obras-de-famoso-pintor-espanol-por-inundaciones-en-venecia/10/31/
https://www.elciudadano.cl/artes/artes-visuales/revelan-la-causa-de-la-misteriosa-muerte-del-famoso-pintor-barroco-caravaggio/09/20/