Willy Semler vuelve con icónica obra de Harold Pinter sobre la infidelidad

Jaime Mc Manus, Kiki Rojo y Alberto Ellena encarnan esta versión chilena del triángulo amoroso que el Premio Nobel de Literatura estrenó en 1978 y que el propio Semler dirigió antes en 1994

Carlos Montes

13/06/2019 12:36pm

Jaime Mc Manus, Kiki Rojo y Alberto Ellena encarnan esta versión chilena del triángulo amoroso que el Premio Nobel de Literatura estrenó en 1978 y que el propio Semler dirigió antes en 1994. Inspirada en hechos que el autor británico vivió un año antes de su debut, la historia explora las razones que llevaron al engaño entre dos amigos y la mujer de uno de ellos.

Después de 25 años, Willy Semler volvió a dirigir Traición, uno de sus textos favoritos del fundamental autor británico Harold Pinter. Resultado de un laboratorio teatral, tras una exitosa temporada debut, la obra protagonizada por Jaime Mc Manus, Kiki Rojo y Alberto Ellena, regresa el próximo 20 de junio a Taller Siglo XX Yolanda Hurtado.

La dramaturgia del Premio Nobel de Literatura 2005, presenta personajes con emociones ocultas y motivaciones ambiguas que, encubriendo sus propias verdades, dibujan un laberinto de mentiras que avanza y los atrapa, demostrando que no hay peor traición que boicotearse a uno mismo. De esta forma la obra narra la historia de un triángulo amoroso formado por dos grandes amigos y la mujer de uno de ellos: Jerry es el mejor amigo de Robert, Robert está casado con Emma y Emma es amante de Jerry. Durante años esta relación fue clandestina, pero cuando Robert la descubre, Emma y Robert ocultan a Jerry la situación y en apariencia la amistad persiste, aunque el juego de traiciones se multiplica.

“Es una obra profunda, casi perfecta, una obra magna de la dramaturgia contemporánea. Y de Pinter, que todos sabemos cómo hace avanzar la dramaturgia en una mezcla que va evolucionando de un teatro más cargado a lo absurdo para terminar su carrera escribiendo guiones trascendentales como La amante del teniente francés, con una pluma magistral”, comenta Semler sobre el dramaturgo, cuyo texto adaptaron de la manera más fiel posible.

La puesta expone esta compleja situación desde la primera escena y en adelante la narrativa anacrónica. Esto, pues si bien sabemos lo que sucedió, lo que importa es saber cómo ocurrió. Las escenas se presentan como cápsulas en la memoria, como el relato de un recuerdo que nunca termina de completarse y sigue presente.

“Es una de las obras de Pinter más perfecta y extraña, con sesgos y guiños al absurdo pero llevado al mundo cotidiano. Básicamente es una obra que exige un nivel de actuación a la altura y que es lo que más me gusta y siento, modestamente, mejor me resulta en la dirección. Es un tesoro de joyas valiosísimas por todo lo que se conjuga, con un equipo de primera, además en un teatro que desde comenzó a gestarse el proyecto era el que encontrábamos ideal”, concluye el director.