El trabajo “Pintar, cocinar, trabajar y otra vez pintar” Intervenciones 2009/2010 de la artista mexicana-chilena Catalina Vivar busca indagar en un tópico persistente en las artes visuales; se trata de la articulación entre interior y exterior. Es decir, una obra que, desde sus inicios, ha planteado la intimidad, lo hogareño y personal en vinculación con los sonidos e imágenes de la calle y con el habitar en la urbe.
Hacer del afuera un adentro. Como si los sonidos y vibraciones que el centro de la ciudad (la Plaza Italia: corazón, punto g y médula) entrega al departamento se fuesen imprimiendo de manera psicótica en sus paredes. Hacer del adentro un afuera. Como si lo interno y privado (el baño y las piezas) fuesen parte de la mirada de todos aquellos intrusos (amigos, conocidos, profesores y vecinos) que husmean fisgonamente por el lugar.
Pues si para Catalina Vivar la pintura asidua, constante y obsesiva de los muros de su hogar se ha convertido en una de las actividades esenciales del día a día (compartido con su hija), para quienes hemos recorrido con curiosidad su comedor, cocina y todos los espacios intervenidos no ha dejado de sorprendernos esa continua referencia hacia un afuera: en los motivos, temas o formas. Así también, hemos observado los personajes y figuras que han crecido, el humor que ha proliferado y los colores y formas que han emergido.
El lugar privado en que nos encontramos, hoy por hoy, felizmente nos recibe ya que, desde hace un buen tiempo, ha imaginado ser invadido por las miradas deseosas y expectantes de nosotros. Perturbando afablemente los sonidos y presencias diarias, el departamento acoge sin miedo los ojos que penetran y deambulan por sus muros.
Autora: Catalina Vivar Payás ([email protected])
Título: “Pintar, cocinar, trabajar y otra vez pintar” Intervenciones 2009/2010
Técnica: Acrílicos sobre muro
Dimensiones: 218 m2
Texto: Ignacio Szmulewicz
El Ciudadano