El legado de la Siempreviva que no se marchitó

Ella, de cara afable pero mirada determinante, dedicó su vida a defender sus sueños colectivos y a dejar una semilla que seguiría creciendo

El legado de la Siempreviva que no se marchitó

Autor: Flor Coca

La siempreviva crece y es una planta que no envejece. Es decir, mantiene la esperanza de que no se marchitará a pesar de los obstáculos que se le presenten. Esta palabra y su concepto, serían claves en la vida de una mujer que creía firmemente en que sus proyectos, sí, llamados así, serían como esta planta; perenes y dejarían huella.

Ella nace el 22 de mayo de 1846 y desde muy pequeña sorprende a su familia con su inteligencia, ya que aprende a leer cuando tiene 4 años. Rita Cetina Gutiérrez nació en Mérida, Yucatán. Cuando solo tiene 14 años muere su padre, pero la fortuna le permite que su tutor sea Domingo Laureano, un amigo de su familia que no solo es un hombre culto, sino que tiene una biblioteca que enamora a Rita, aun una niña. Este hombre pone todo su entusiasmo y cuidado para que ella pueda acceder a todos los libros que quisiera. No solo era una lectora que amaba leer, también, desde muy joven, comienza a escribir poesía. A ella le preocupaba mucho la educación y que ésta llegara a toda la población. Por ello estudió y logró obtener el título de maestra de educación primaria. Cuando tenía 24 años y ya como maestra titulada, su proyecto se hace realidad. Este consistía en dos escuelas para señoritas, una, la de señoritas de clase alta, era la de Bellas artes y otra, la de enseñanza, para señoritas sin recursos y que ansiaban estudiar. Además de la publicación de una revista llamada igual que las escuelas: Las Siempreviva, en la que escribían, redactaban y creaban, solo mujeres. Ella las invitaba con entusiasmo a unirse a la revista: “¡Venid todas, venid! “La Siempreviva!  vuestra entusiasta voluntad reclama, Y cariñosa con amor os llama. Y os brinda sus columnas con placer”.  Es precisamente en un mes de mayo de 1870 que se da a conocer el primer número de la revista que dos años después de iniciar su circulación tuvo que cerrar sus ediciones. Pero Rita y sus compañeras no dieron pasos atrás al continuar con otros proyectos.

Leyendo Las Inéditas, voces femeninas más allá del silencio, material editado por la Universidad de Salamanca, encuentro más sobre la historia de esta mujer dedicada a la educación, la poesía y la defensa de sus derechos en la sociedad. Ella, de cara afable pero mirada determinante, dedicó su vida a defender sus sueños colectivos y a dejar una semilla que seguiría creciendo.  

Ella fue directora del Instituto literario para niñas, uno de los proyectos educativos más importantes de Yucatán en 1877.  Rita era una excelente pedagoga, pero no todos estaban de acuerdo con sus discursos y acciones en favor de la emancipación de las mujeres y de creer en la igualdad de género. Escribió también cuentos, ensayos y escritos didácticos. Y leyendo con mucho interés el trabajo de la Dra. En Literatura hispanoamericana, Claudia López Ramírez, quien ha investigado sobre las mujeres escritoras y periodistas del siglo XIX, (con especialidad en autoras del sureste mexicano), es ahí en donde aparece Rita Cetina, y nos platica que el primer biógrafo de la poeta fue un pedagogo cubano que al iniciar la lucha por la independencia en Cuba y ser uno de los participantes, en un momento tiene que irse a Yucatán para salvar su vida. Él, Rodolfo Menéndez Peña, después de regresar a su país y volver a salir de Cuba, regresa para siempre a Yucatán y, siendo un valioso periodista, dedica su tiempo a las letras, reviviendo la biografía de Rita y su legado. Y cuenta: “Rita ocupa la tribuna en la conmemoración de este suceso en los años 69 y 70 donde su lira de oro conquistó la más hermosa celebridad en el corazón del pueblo” Se refiere a un discurso pronunciado por la escritora sobre la conmemoración de la batalla del 5 de mayo.

Ella dedicó todo su tiempo a las siemprevivas y a escribir documentos sobre educación y propuestas. Cuentos, su novela corta Julia y los escritos acerca de la condición de las mujeres, en diferentes revistas. En primer lugar, aparecerían sus artículos en Siempreviva, de la que fue fundadora y directora. La Aurora y Semanario para señoritas, El recreo del hogar, de Tabasco, La primavera, de la ciudad de México, entre muchas otras. 

La incansable labor de Rita no se circunscribe a la educación solamente. Es también brindar la oportunidad a las mujeres de acceder al conocimiento en la escuela y no vivir encerrada en su hogar sin futuro inmediato o próximo. 

“Pasan siglo y edades y los pueblos que sumidos están en la impotencia, súbito dan la voz de independencia. Y denodados luchan con valor. ¿Qué extraño, pues, que la mujer ahora que de las ciencias el raudal fecundo ha apurado sedienta, diga el mundo En mi pecho también siento este ardor? Si; ¿no es cierto, queridas compañeras, que halagáis este bello pensamiento? Pues no esperemos más; llegó el momento, Proclamemos: Unión, Fraternidad”.

Rita Cetina

Las dos escuelas se mantuvieron funcionando durante 8 años. Al cerrar, volvió al Instituto literario para niñas y sigue ahí hasta que la enfermedad le gana la batalla. Sin embargo, su legado y ejemplo tuvo descendientes, entre ellas, su alumna Elvia Carrillo Puerto, otra luchadora que junto con otras mujeres, finalmente, después de años, consiguieron el derecho al voto para las mujeres mexicanas. 

 Y dijo Rita en una de sus poesías titulada a Nuestro sexo:
Dejad la postración que tanto tiempo la gloria y el saber os ha ocultado. ¡Oíd con atención! La hora ha llegado de que ilustre también sea la mujer.

Rita Cetina Gutiérrez murió en su natal Mérida a los 62 años. Un monumento en su ciudad nos recuerda a la incansable luchadora y poeta.

Primavera de 2022

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Ilustración: Iván Castillo

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