Quería hablar de una mujer, poeta latinoamericana que hubiese dejado un legado de palabras, una historia en la literatura y un nombre que siguiera llamándonos a leerla. Encontré mi viejo libro Los adioses de Juan Carlos Onetti y en el hallé la respuesta a mi interrogación. ¿Por qué el libro de Onetti? Porque ese libro está dedicado a esta mujer escritora, traductora, docente y también, compositora.
Ella nace en Uruguay un día 18 del mes de agosto de 1920. Su infancia estuvo rodeada de palabras y arte. Su padre era poeta y las tardes de sobremesa eran de los hijos acompañados de sus padres y la voz de él, Leandro Vilariño, leyendo poesía. Así que Idea Vilariño y sus hermanos: Alma, Azul, Poema y Numen, conocieron las letras y la música desde pequeños. Ella era asmática y ese fue un dolor que la acompañaba y ante el cual se rebelaba sin poder deshacerse de él. Cuando ella es adolescente, su padre instala en la parte trasera de su casa un negocio, una calera. El polvo de la cal agrava la enfermedad de Idea, que se va de la casa familiar cuando cumple 16 años. Tuvo también un grave problema en la piel que era igualmente doloroso y se pensaba que terminaría con los sueños de la escritora. Sin embargo, era una mujer que estaba decidida a seguir con determinación sus planes.
Cuando es una joven de 20 años pierde a su madre, dos años después a su padre y poco después a su hermano, que era un muchacho de solo 23 años y se llamaba Azul. Un duelo constante e interminable que no dejaba tregua para ella y su familia. Su primer libro de poemas, Suplicante, ve la luz en 1945 y justamente ese es el nombre que se da a la generación de brillantes escritores a la que pertenece: La Generación del 45, en ella participan: Emir Rodríguez Monegal, Mario Benedetti, Juan Carlos Onetti, Ida Vitale, entre otros escritores uruguayos que son imprescindibles al hablar de la literatura latinoamericana. Idea era una mujer totalmente libre que no seguía las reglas que podría dictarle la sociedad. Su primera relación es con uno de los escritores de esa Generación del 45. Se dice que el hombre del que primero se enamoró Idea, fue Manuel Arturo Claps. Escritor nacido en Argentina y que llegó con su familia a vivir a Uruguay cuando era niño. Con él y Emir Rodríguez Monegal, fundan la revista Número, después de una experiencia con otra publicación llamada Clinamen.
Ana Inés Larre, es autora de Idea Vilariño: el diario vivir. En el rescata de su diario el fragmento de una carta escrita precisamente a Manuel Arturo Claps: “2ª. carta a las Canteras del Sauce: Nunca te necesité tanto como ahora. Estos paréntesis, silenciosos, en que ni una palabra se anuda, esta distancia, son buenas. Las necesito yo. Las necesitas tú. Una vez juntos de nuevo, mueren en mí tus silencios, tu soledad. Mueren en ti los míos. Nos queremos”... Esta carta fue escrita en 1943.
Desde 1945 no deja de escribir y publicar. En dos de las revistas en las que participa, aparecen sus poesías, ellas son Número y Ciclamen.
Es en algún momento de las reuniones de escritores de la Generación del 45 en un bar, conoce a quien se convertiría en su gran amor, el escritor Juan Carlos Onetti. Poco después de conocerse, el viaja a Argentina y durante más de un año solo hay cartas entre ellos. Su libro Poemas de amor, ve la luz en 1957 y está dedicado precisamente a Juan Carlos Onetti. Sin duda los dos escritores se amaron, pero ella habla sobre su relación en una entrevista de Mercedes Rein para un documental sobre Onetti, realizada en 1989. Una hermosa mujer, un tanto cohibida, Idea Vilariño declara: “Creo que yo no debería hablar sobre Onetti, porque lo quiero mucho y hace mucho que lo quiero, pero en realidad puedo decir que no lo conozco. Nunca se bien quien era él y tampoco se si otros llegaron a conocerlo. Y él tampoco conoce. Le he dicho más de una vez que hay como una película entre él y la realidad, que él no conoce a la gente. y algo que lo enojó y lo hizo reír un poco que el no conoce a las mujeres. Y por supuesto que no me conoce a mí, que no me conoció nunca. Ese desconocimiento mutiló, falseó y podría decir que empobreció una relación que pudo ser seria y entera y no lo fue”.
En el libro dedicado a Onetti, hay un poema, Ya no y se piensa que es la declaración de que nunca vivirá con él, quien se ha casado con Dorotea Murh. Un fragmento de ese poema dice:
Ya no será ya no no viviremos juntos no criaré a tu hijo no coseré tu ropa no te tendré de noche no te besaré al irme nunca sabrás quién fui por qué me amaron otros.
No llegaré a saber por qué ni cómo nunca ni si era verdad lo que dijiste que era ni quién fuiste ni qué fui para ti ni cómo hubiera sido vivir juntos querernos esperarnos estar. No me abrazarás nunca como esa noche nunca. No volveré a tocarte. No te veré morir
Idea Vilariño.
Ella, hija de padre anarquista, militó en el partido comunista y al enterarse del golpe de estado en Guatemala, en 1954, escribe un poema en contra de la dictadura en ese país y ahí comienza su poesía política y en los años setenta, escribe más de ellos, musicalizados e interpretados por Alfredo Zitarrosa, la voz de “en mi país somos miles”. Los Olimareños y Daniel Viglietti, que se convirtieron en himnos durante la resistencia en contra de la dictadura en esa década en su país, como los orientales que dice:
“Porque dejaron sus vidas, sus amigos y sus bienes, porque les es más querida la libertad que no tienen, porque es ajena la tierra, y la libertad, ajena, y porque siempre los pueblos saben romper las cadenas”.
Y la libertad es lo que nunca perdió Idea Vilariño, quien amó, escribió y vivió como quiso hacerlo.
Primavera de 2022
Ilustración: Iván Castillo