Ring… ring… ring… en cualquier momento ya no estarán aquí

¿Eres de la generación de los que juntaba sus moneditas para hablarle a tus amigos en un teléfono público? Recuerda no tan alejados tiempos

Ring… ring… ring… en cualquier momento ya no estarán aquí

Autor: Betsie Bandala

Fotogalería por Joel Merino

A qué no sabías que el inventor del teléfono no fue Bell. El verdadero inventor del teletrófono, cómo lo nombró fue un italiano llamado Antonio Meucci en 1854, y no fue hasta 2002 que se resolvió el conflicto de las patentes. Sin embargo, tal vez fue demasiado tarde, porque quién iba a pensar que veinte años después quitarían la última cabina telefónica pública en Manhattan.

Los teléfonos públicos, parecen quedar rutinariamente olvidados, poco a poco desapercibidos, de ser un elemento cotidiano, poco a poco se están convirtiendo en material para el fierro por kilo.

Las nuevas generaciones, cómo tal vez le pasó a nuestros abuelos con los telégrafos, no saben qué tan importante eran estos, el esperar en una fila para poder contactarte con alguien, o el comprar tus tarjetitas de prepago y coleccionarlas.

Recuerdo que la última vez que vi que alguien utilizaba estas tarjetas fue en 2013, se trató de mi abuelo, fuimos a unos teléfonos cerca del metro Tacuba en Ciudad de México, sacó una tarjetita con un chip y me dijo «vamos a hablarle a tu tía Norma, la que vive en McAllen, aún me quedan como cincuenta pesos«, mi abuelo no tardó ni cinco minutos hablando con su hermana. Esa escena me pareció de lo más risible, porque pudimos contactarla desde un teléfono celular, pero como lo dije anteriormente, hay cosas muy marcadas de otras generaciones.

A mí, que aún no llego a los treinta, también me tocó usar estos teléfonos de moneditas, ya sea para devolver una llamada perdida en mi celular, o para avisar que seguía viva. Los de mi generación sabrán que tampoco beneficiaba comprar crédito, sobre todo si son cómo yo, que siempre tienen mucho por decir, entonces por cuatro pesos podías hablar al menos una hora. Pero… gracias a Dios, las compañías se dieron cuenta de esto, y además ahora todo es por internet.

Los mensajes, las llamadas, e incluso las videollamadas. A mí me hubiera gustado ver cabinas videotelefónicas, como en las películas cyberpunk, pero, ahora creo que nos quedará esperar hologramas, quién sabe.

El punto es que, en cualquier momento desaparecerán de la ciudad, como en algún punto del tiempo nosotros también del universo.

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