La place Maubert, es un lugar que se encontraba en el siglo XIX, en un barrio marginal de París. A los 5 años, ese barrio tuvo que ser su hogar después de vivir en la opulencia, en una casa hermosa, con lujos y visitas importantes como el libertador Simón Bolívar ya que su padre, el general de la Armada española y de origen peruano, Mariano de Tristán y Moscoso, había muerto. La pequeña queda al cuidado de su madre Thérèse, quien no tiene recursos para mantenerla dignamente. Es así que Flora Célestine Thérèse Henriette Tristán y Moscoso, conocida en todo el mundo como Flora Tristán, tiene que buscar trabajo y logra colocarse como obrera en un taller de litografía, en ese entonces tenía sólo 16 años. Vivían en la pobreza, porque ella no fue reconocida legalmente por su padre, lo que impidió que heredara sus bienes. Muy joven decide casarse con el dueño del taller en el que trabajaba como obrera. De esa unión nacen 3 hijos. El primero muere muy pequeño y Ernest y Aline, se quedan al cuidado de su madre en los primeros meses, ya que ella decide separarse de quien la maltrataba cotidianamente. Después de muchas discusiones, jueces de por medio, se logra el acuerdo entre la pareja de que él se quede con el niño y ella con Aline, la hija. Sin embargo, ella es acosada por su exmarido y huye de París con la pequeña, para evitar ser agredida. Gracias a la intervención de amigos, logra, 8 años después de separarse viajar a Perú, con la firme idea de reclamar la herencia de su padre. Su tío, hermano de él, la recibe, pero al no ser hija reconocida legalmente, le niega la herencia y solo le dará una pequeña pensión mensual. Es el año de 1833 y Flora ya con 30 años, plasmará en un libro titulado Peregrinaciones de una paria, parte de su autobiografía en la que narra su viaje desde Francia hacia Perú y lo que vio de la sociedad peruana en el tiempo que permaneció ahí, poco más de un año y sus críticas hacia la sociedad conformista, a la que los cambios no le interesan. Ella misma se llamaba así, paria, porque era hija natural y además una mujer divorciada que sufría en carne propia el desprecio hacia las mujeres en su condición. En julio de 1834 se embarca a una nueva aventura, se va a Inglaterra.
Hará 4 viajes en diferentes momentos hacia este país y de ahí surgirá su libro Paseo en Londres que por el título se pensaría que se trata de una obra que nos ilustraría sobre los sitios más agradables de ese país, sin embargo, es todo lo contrario. En este libro Flora Tristán llama la atención sobre la forma de ser de una sociedad a la que considera, desde su análisis en diversos capítulos: el carácter de los londinenses, acerca del clima, también de la situación de los extranjeros y de quienes gobiernan y han gobernado. La crítica de Flora es lapidaria para esa nación y lo explica: “Cuatro veces he visitado Inglaterra, siempre con el objeto de estudiar sus costumbres y su espíritu. En 1826, la encontré sumamente rica. En 1831, lo estaba mucho menos, y además la noté sumamente inquieta. En 1835, el malestar empezaba a dejarse sentir en la clase media así también como entre los obreros. En 1839, encontré en Londres una miseria profunda en el pueblo; la irritación era extrema y el descontento general”.
Divide en este libro a la sociedad inglesa de acuerdo a su posición económica y a partir de ello, en que lugar de la ciudad se sitúan sus viviendas. Al hablar de los faubourgs, habla de los arrabales que habitan los desheredados, los más pobres, los que no encuentran un futuro promisorio, solo desventuras, explotación y miseria.
Su insistencia fue siempre que las mujeres deberían tener los mismos derechos que los hombres, ya que al esclavizar a las mujeres y negarles la instrucción, se afectaba a toda la sociedad, no solamente a ellas.
Es en 1838, cuando su exesposo, que nunca ha dejado de acosarla, intenta matarla. En la calle la deja malherida al dispararle. Finalmente, es inculpado y tendrá que estar en prisión 20 años de trabajos forzados.
Flora publica en 1840 un programa socialista, La unión Obrera dejando claro que todos los trabajadores deberían unirse para luchar por sus derechos, acuñando una frase histórica: “¡Proletarios del mundo, uníos!”. Esa frase acompañaría a lo largo de la historia la lucha de los obreros del mundo. Y se dedica a recorrer las ciudades de Francia, para denunciar la situación de explotación que viven los obreros en las fábricas y la necesidad de su organización. Encuentra en algunos lugares una respuesta entusiasta, en otros, el cansancio, el hartazgo y la falta de alicientes, no dejan lugar a la esperanza de los cambios que traería la unidad obrera.
La abuela del pintor Paul Gauguin, muere de tifus en medio de su gira por Francia. Fue el 14 de noviembre de 1844. La emancipación de la mujer, uno de sus mejores escritos se publica 2 años después de su muerte.
Feminista, socialista, rebelde, escritora, que soñó con un mundo de igualdad y fraternidad.
Flora Tristán.
Invierno 2021-2022
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Ilustración: Iván Rojas