Señor Gabriel Boric Font
Presidente de la República de Chile
Presente
El Observatorio por el Cierre de la Escuela de las Américas quiere expresar su rechazo a la decisión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas de autorizar el despliegue de una misión multinacional de apoyo a la seguridad de Haití.
Es importante recordar que la Organización de Naciones Unidas, anteriormente, mantuvo por más de una década la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (Minustah) que se estableció en 2004 y se mantuvo hasta 2017.
Chile participó en esta “Misión de Paz” con un contingente importante de soldados chilenos. “Más de 12.000 efectivos pasaron por Minustah”, señaló Gabriel Gaspar, ex subsecretario de Defensa.
Sin embargo, los resultados de la Minustah evidentemente no sólo no ayudaron a la estabilización y mejoría en cuanto a la seguridad de nuestro pueblo hermano de Haití, sino que dieron paso a una profunda crisis que ha destruido la sociedad haitiana. Los resultados de aquella intromisión militarizada están hoy a la vista.
Durante el despliegue de la Minustah, hubo actos represivos contra la población civil por parte de las fuerzas militares extranjeras, de abusos y comercio sexual, incluso con menores de edad, de propagación del cólera, entre otras denuncias.
Mientras se gastaron millones de dólares en el despliegue militar, fueron muy pocos los avances en la construcción de capacidades para que Haití pueda superar sus propias dificultades.
La crisis actual de nuestro pueblo hermano de Haití no sólo se debe al terremoto sucedido en 2010, sino al fracaso de la misión militarizada previamente establecida. Llamamos encarecidamente a no volver a cometer el mismo desatino.
También queremos recordarle que el 29 de febrero de 2004, el presidente electo de Haití de entonces, Jean-Bertrand Aristide, fue secuestrado por un comando de Fuerzas Especiales estadounidenses con el apoyo de Francia y depuesto de su cargo legítimo
En adelante, sólo se ha permitido que Haití sea gobernado por presidentes impuestos con el permiso y complicidad de Estados Unidos, que ha apoyado a gobiernos represivos que han profundizado los múltiples dolores que viven los habitantes de tan desdichado país.
Traemos a nuestro recuerdo la masacre de Lasalin, de noviembre de 2018, en la que al menos 71 personas, del barrio Lasalin, de Puerto Príncipe, fueron asesinadas; mujeres y niñas violadas; y más de 400 casas destruidas. Entre los responsables, autoridades del gobierno haitiano, apoyadas por EEUU, las que entregaron armas y vehículos estatales a los paramilitares que perpetraron la masacre.
Múltiples organizaciones solidarias con Haití han señalado que “las bandas paramilitares fueron creadas por los gobiernos de Michel Martelli, Jovenel Moïse y Ariel Henry, la oligarquía haitiana y los EEUU, de donde provienen las armas y municiones”.
Es importante señalar que entre los asesinos de Jovenel Moïse figuraban siete colombianos, que fueron entrenados militarmente por los Estados Unidos. EEUU ha dado entrenamiento a las Fuerzas de Seguridad haitianas, y EEUU es el mismo país que es el mayor exportador de armas del mundo, comercio que no quieren regular ni prohibir, y que terminan siendo encontradas en grupos paramilitares y del crimen organizado en Haití, México y otros países.
Rechazamos la militarización de Haití y le pedimos que Chile no vuelva a enviar militares chilenos a este país hermano.
Haití lo que necesita es que las grandes potencias permitan la autodeterminación del pueblo haitiano y posibiliten el pleno ejercicio de sus derechos y no sigan apoyando presidentes “títeres” de la oligarquía y serviles a intereses extranjeros.
Haití lo que necesita son médicos, profesores, alimentos, equipamiento, recursos para poder levantarse, solidaridad de nuestros pueblos.
Atentamente,
Alicia Lira, Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos
Patricio Véjar, Comunidad Ecuménica Martin Luther King
Hervi Lara, Comité Oscar Romero, SICSAL–Chile
Carlos González, Corporación Campo de Concentración 3 y 4 Álamos
Pablo Ruiz, Observatorio por el Cierre de la Escuela de las Américas – Chile
Santiago de Chile, 13 de octubre de 2023
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