A través de una declaración pública, el Movimiento por el Agua y los Territorios (MAT) exigió el fin de las zonas de sacrificio, en el contexto de la grave crisis ambiental que atraviesa la zona de Quintero y Puchuncaví, luego de una serie de episodios contaminantes en las dos semanas, provocados por las emanaciones del parque industrial adyacente a las comunas.
En estos últimos días, más de 400 personas han reportado síntomas de intoxicación. En la zona sigue vigente la alerta amarilla y la suspensión de clases. La Superintendencia de Medio Ambiente formuló cargos contra ENAP, pero igualmente, el pasado lunes, un centenar de personas presentó mareos, vómitos y dolor de cabeza.
“Esta situación nos lleva a preguntarnos a quiénes va dirigido este progreso. Tras cada uno de los complejos termoeléctricos instalados existe una empresa privada lucrando. AES Gener cuenta con 4 termoeléctricas, además de Campiche, cada una de las cuales genera energía a partir de dos de los hidrocarburos más contaminantes y dañinos para la salud y el ecosistema, como son el carbón y el petcoke, este último un residuo altamente contaminante derivado del petróleo y prohibido en múltiples países. Además de ello, es posible encontrar a Oxiquim, Shell, terminal de gas licuado, cementos Bío Bío, ENAP y la fundición de CODELCO, estas dos últimas pertenecientes al Estado”, afirmó el MAT.
“No es posible soportar tanta vulneración junta, pues más allá de cualquier compensación, son poblaciones enteras las afectadas por un modelo de desarrollo altamente desigual, indolente y corrupto, pionero en aberraciones como la privatización del agua, puestas en manos de empresas que lucran a costa de nuestros bienes comunes y nuestras vidas”, añadieron desde la organización.
Desde la agrupación expresaron su solidaridad con la comunidad afectada y exigieron la homologación de la normativa nacional a los estándares de la OMS, “considerando que Chile dobla todos los índices de la normativa, además de no poseer lisa y llanamente una normativa por ejemplo, en torno a arsénico y a una serie de químicos altamente nocivos para la salud”.
“Asimismo creemos fundamental la implementación de estudios independientes para generar un plan de retiro del complejo industrial y una hoja de ruta para la restauración ambiental de los ecosistemas, así como de un programa de salud gratuito con financiamiento estatal y de las empresas, que acompañe durante el resto su vida los habitantes de estos territorios para mitigar los graves efectos en su salud producto de la contaminación industrial”, agregaron.