Acogen recurso de Gendarmería por huelga de hambre de Héctor Llaitul

El werken de la CAM comenzó su huelga de hambre líquida el pasado 3 de junio, con el propósito de exigir la nulidad de su juicio oral que lo condenó a 23 años de cárcel.

Acogen recurso de Gendarmería por huelga de hambre de Héctor Llaitul

Autor: Leonardo Buitrago

La Sexta Sala de la Corte de Apelaciones de Concepción acogió un recurso de protección presentado por la dirección regional de Biobío de Gendarmería para hospitalizar, en caso de que se complique su salud, al líder de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), Héctor Llaitul, a raíz de la huelga de hambre líquida que mantiene desde el pasado 3 de junio.

De acuerdo con el tribunal de alzada, las acciones que se autorizan buscan «que se le brinde una total y completa atención médica», consignó Emol.

El werken de la CAM comenzó su huelga de hambre líquida el pasado 3 de junio en la cárcel de Concepción, donde se encuentra recluido, con el propósito de exigir la nulidad de su juicio oral que lo condenó a 23 años de cárcel.

Dentro de las peticiones de Llaitul se encuentran: La aplicación en democracia de la ley de Seguridad Interior del Estado a un dirigente del pueblo nación mapuche, utilización de testigos protegidos para logro de una larga e injusta codena y la liberación de sus dos hijos Ernesto y Pelantaro Llaitul, que también están presos.

Durante los más de 20 días que lleva el activista mapuche en huelga de hambre ha experimentado una notoria y preocupante pérdida de peso.

Una de sus abogadas, Victoria Bórquez, ha expresado preocupación por su estado de salud, afirmando que «no es la primera huelga de hambre que realiza» y que después de múltiples huelgas, su estado no es óptimo.

Además recordó que, durante la huelga de hambre anterior llevada a cabo entre noviembre y febrero por Héctor -con otros miembros de la CAM-, el Tribunal Oral en lo Penal de Temuco negó la posibilidad de que fuera visitado por un médico particular, a pesar de que Gendarmería cuenta con un especialista.

La jurista planteó que en este tipo de situaciones «hay dos derechos que se contraponen: el de manifestarse y el derecho a la vida, como plantea Gendarmería».

Indicó que «ninguno de estos derechos debiera conculcar la dignidad de quien los ejerce; en este caso, la posibilidad de obligar a ingerir forzadamente alimentos podría ser considerada tortura o trato inhumano y degradante».

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