Daniela Vega, protagonista de «Una mujer fantástica», la última película chilena nominada al Oscar, repasó su vida en entrevista con la revista Caras. Allí habló sobre el cambio que experimentado Chile en los últimos años en términos de tolerancia y lo que significa vivir como trans en el país. Se refirió también a su posición política y lo que espera del próximo gobierno.
La actriz trans ha vivido enfrentada a los prejuicios conservadores de una sociedad que avanza, pero de a poco. Respecto a lo que más disfruta de ser mujer en plenitud, afirma que «la libertad que da el hecho de ser una mujer. No me interesa que me digan que tengo rasgos masculinos o parezco hombre; que no seré mamá porque no tengo útero. Soy mujer igual, aunque me vista de terno».
A pesar que valora la situación chilena actual en comparación a diez años atrás en cuanto a la percepción y el respeto a los derechos de la comunidad LGBTI, hace un contundente llamado a las autoridades:
«Basta con que me ponga a hacer películas y ser reconocida en el mundo para tener la atención de una nación completa, pero ¿dónde están mis derechos? Yo salgo de Chile a representar a mi país con un nombre masculino en mi pasaporte», señala Vega.
Respecto a las sus actividades cotidianas y donde aún nota carencias sociales respecto a la inclusión y el respeto, se refirió al trato de los profesionales de la salud: «los médicos no saben cómo tratar a las personas trans. No se han educado en protocolos correctos para atenderlos cuando piden ayuda. Hay torpeza, ignorancia y mucho miedo también».
Respecto a su posición política, declaró simpatía por la izquierda y admiración por la presidenta Michelle Bachelet, además de poner una alerta sobre el próximo gobierno de Piñera: «el conservadurismo es muy peligroso para el desarrollo de nuestros derechos humanos», y agregó que «el crecimiento económico no es garantía de que Chile avance en otros temas: educación, salud, previsión, matrimonio igualitario».
Fuente: Revista Caras