Una mujer de 33 años -identificada solamente como Magdalena- denunció que cuando tenía 16 fue abusada y violada por el ex sacerdote Víctor Guerrero, quien era muy cercano a su familia, y el cual si bien tiempo después reconoció estos delitos, habría sido encubierto en los mismos por el Arzobispado de Puerto Montt.
Según consigna un reportaje publicado por el diario El Llanquihue, la mujer declaró que el ex religioso “abusaba de mí en la parroquia y en nuestra casa. Como mis papás trabajaban en Calbuco, él tenía claridad de cuáles eran nuestros horarios, sabía cuándo estábamos solas con mis hermanas (…) fueron abusos físicos -tocaciones y violaciones-, y psicológicos. Una vez tuve la valentía de amenazarlo y preguntarle qué pasaría si contaba las cosas, y él siempre me decía ‘nadie te va a creer’. Manipulaba mucho, me hacía ver que estaba en una situación de poder, que era jefe de mis papás…”.
De acuerdo al reporte, el 25 de agosto de 2018, por primera vez, el Arzobispado de Puerto Montt hizo pública la acusación de violación -hecha en 2004- contra el entonces sacerdote Víctor Guerrero. En total, fueron 14 años donde nada se dijo. «Todo se guardó entre documentos reservados del Arzobispado, en ese entonces al mando de monseñor Cristián Caro, a quien la denunciante acusa de no tomar medidas estrictas», acusa el reportaje.
En ese sentido, el ex arzobispo de Puerto Montt negó conocer las denuncias en una declaración pública efectuada en junio de este año.
Respecto al acusado, posterior a la historia contada por la joven abusada, se informó que Guerrero siempre estuvo ligado a la educación, en Frutillar y Llanquihue, comuna esta última desde donde fue cesado en sus funciones en el Daem, tras una reunión entre “Magdalena” y el alcalde.
Asimismo, se indicó que el administrador apostólico Ricardo Morales, desde el 14 de junio último a cargo del Arzobispado de Puerto Montt, está decididamente detrás de las acusaciones de abusos en el pasado y las está recibiendo actualmente, por lo que puso a disposición de la justicia los antecedentes con la situación de varios religiosos, donde lo más grave y reconocido en documentos es la denuncia contra el ex sacerdote Víctor Guerrero.