«¿Quién es Alan Rückert Zoellner? Dios lo pille confesado por traición a su propio pueblo. (…) Espero que cuando busque trabajo y clientes TODOS le den la espalda». Así reaccionaron algunas personas de la comunidad judía que reside en Chile tras leer una Carta al Director firmada, entre otros, por Alan Rückert, activista judío antisionista. La misiva publicada en La Tercera el 14 de abril explicaba que el sionismo es diferente al semitismo y que, por lo tanto, criticar a Israel no es «antisemitismo».
La Carta al Director respondía a Shai Agosin, presidente de la Comunidad Judía de Chile, quien en otra misiva enviada al medio afirmó que era «antisemitismo» criticar la candidatura estudiantil del dirigente Jorge Testa. Este último, además de haber sido durante dos años presidente de la Federación de Estudiantes Judíos, fue cuestionado por su posición respecto a las acciones del Estado de Israel que han tenido como resultado la invasión, colonización y ocupación de Palestina. La crítica que se hacía de su candidatura apuntaba también a la contradicción que significaba que dicha postulación estuviera apoyada por las Juventudes Socialistas, cuando dicho partido apoya la «causa palestina» y está en contra del Apartheid.
Al parecer, el hecho de que Rückert haya firmado la carta con personas que integran organizaciones como la Federación Palestina o la Unión General de Estudiantes Palestinos (UGEP), fue motivo suficiente para que lo criticaran públicamente, además de presionarlo -según ha acusado- por medio de sus familiares y cercanos para intentar silenciar su disidencia.
Llama la atención la beligerancia del comentario firmado por Victoria Yagoda Assael, quien suponemos es apoderada del Colegio Santiago College, mismo lugar en el que estudió Alan, su madre y sus dos hermanas menores. Sus palabras apuntaron a una tragedia familiar para atacar las posiciones de Alan.
«El año pasado cuando su padre se suicidó mi hijo chico se había hecho amigo de su hermana. Me contó entonces que el papá de su amiga (bueno conocida) se había suicidado y que ella estaba muy bien. Yo no entiendo cómo puede estas (sic) así de bien. Me decía mi hijo nunca había oído ese apellido y una amiga me dijo que es el papá de este cabro judío antisemita y yo no calzaba la definición de judío antisemita y entonces los Googlee y que sorpresa me llevé. Obviamente supe que no lo dejan entrar estadio, colegio e instituciones judías. Por eso no me preocupe mucho más y pensé next (sic)», escribió Yagoda.
Desde una molestia al ostracismo
Rückert ha señalado que tuvo prohibido el paso al Estadio Israelita, al Instituto Hebreo y muchos otros recintos judíos. Cerró su cuenta de Facebook y -de acuerdo a lo que ha acusado- su madre ha tenido que soportar insolencias y presiones que buscan afectarlo a él. «Ella me pide que me modere (…) pero yo no me puedo moderar (…) no quiero quedar frente a la historia como una persona que apoyó esa masacre (de Gaza)», dijo en una entrevista a El Ciudadano.
En Chile siente mejor trato de parte de las personas mayores judías, que de parte de los de su edad. “Esto es peligroso, porque cuando te los pillas en un carrete, con trago, es más violenta la cosa. Hay gente que me eliminó de todo. La idea es hacerme sentir, de todas las formas posible, que yo no soy parte de la comunidad”, sostuvo en aquel diálogo con este medio.
Sobre la marginación que acusa, Rückert ya daba cuenta de ello en 2014, cuando declaró que “la Comunidad Judía está transformada en rehén del discurso sionista dominante”.
Alan ha recibido apoyo de parte de los palestinos en Chile y de algunos integrantes de la Comunidad Judía, pues, al parecer, no todos están tan de acuerdo con defender la política estatal de Israel.