Andrés Velasco y un discutible informe de sus boys del grupo de los 30 (G30)

Quien fuese ministro de Hacienda en Chile, y actualmente Decano de la Escuela de Políticas Públicas de la London School of Economics and Political Science, el profesor Andrés Velasco, ha publicado un estudio titulado “Why Does Latin America Underperform? “ Algo así como Por qué Latinoamérica tiene un subdesempeño en relación a sus resultados económicos, texto […]

Andrés Velasco y un discutible informe de sus boys del grupo de los 30 (G30)

Autor: Director

Quien fuese ministro de Hacienda en Chile, y actualmente Decano de la Escuela de Políticas Públicas de la London School of Economics and Political Science, el profesor Andrés Velasco, ha publicado un estudio titulado Why Does Latin America Underperform? “ Algo así como Por qué Latinoamérica tiene un subdesempeño en relación a sus resultados económicos, texto con el que podemos coincidir en aspectos pero sobre el que también disentimos.

El informe compara el desempeño de la región latinoamericana en un conjunto de indicadores con el de un grupo de pares extra regionales con un nivel similar de ingreso per cápita. Desde la década de 1970, el crecimiento económico en el grupo de pares ha sido el doble que el de América Latina, concluye el informe.

Son autores del informe Arminio Fraga y Guillermo Ortiz quienes son coordinados por Andrés Velasco.

Velasco y su equipo dice que para Argentina y otros países con finanzas públicas caóticas, el restablecimiento de la estabilidad macroeconómica debe estar por sobre todas las demás prioridades y coincidimos en parte.

Pues lo que no explica en fácil, es que en Argentina los dólares se multiplican en más billetes argentinos, lo que hace a familias chilenas cruzar la cordillera y también a otras nacionalidades que llegan al país atraídos por un mercado “azul” de larga duración  con un dólar paralelo que permite multiplicar exponencialmente el dinero piramidal por pesos argentinos.

Lo anterior también abrió el apetito de tecnológicas e inversionistas que apostaron por Argentina, en medio de una inflación galopante que golpea a los más desposeídos, quienes no tienen acceso al dólar, desatando un caos donde tanto el Estado como privados, tienen como resultado una economía vuelta loca por el dólar donde la finanza publica es caótica por shock.

Argentina aún no es soberana en su emisión en relación a su economía real. Sus recursos naturales, gas, petróleo, litio, más su fuerza productiva, como tampoco lo es Chile, ni ninguna nación latinoamericana.

Mientras tanto empresas trasnacionales que “descubren un tesoro” en nuestras tierras (oro, litio…), levantan importantes sumas a partir del “tesoro” en bancos como JP Morgan, Goldmand Sachs …

Las economías latinoamericanas no crecen como antes no por falta de democracia como se le critica a Venezuela: no florecen debido a una serie de acciones propiciadas desde Washington que desde Trump en adelante han declarado una «guerra» al socialismo.

El problema de crecimiento para Venezuela tiene que ver con un bloqueo económico de carácter criminal, sanciones unilaterales aplicadas cuando el programa de desarrollo que tiene un gobierno en mente, no es el  impulsado por escuelas de pensamiento como las de los firmantes de este informe con asiento en Londres.

Si hablamos de atrasos en democracia, fijémonos mejor en Chile, último país de todo Latinoamérica que sólo recientemente dio a sus pueblos la posibilidad de que puedan elegir por democracia, por voto a sus gobernadores regionales.

En política hay que fijar posiciones para cambiar la economía y ello pasa también por la emancipación del relato en todos los aspectos incluido el económico.

En toda América Latina, “los votantes acaban pensando que los políticos son unos estafadores porque no cumplen sus promesas”, dijo Andrés Velasco, exministro de Hacienda de Chile , según narra Peter Coy para el New York Times.

Y en eso coincidimos, pero lo que no se dice es que en muchos países es simplemente imposible cumplirle al pueblo con grandes cambios, pues el paquete del diseño neoliberal en latinoamérica está avalado en las mismas Constituciones reformadas en favor del modelo tras una serie de golpes de Estado de los que fueron víctimas nuestros países.

En el caso chileno, tampoco se pueden impulsar cambios en la economía desde lo político dado el equilibrio de las fuerzas políticas al interior del Congreso en una democracia representativa funcional al modelo, donde los partidos grandes se ven incomodados por los partidos pequeños, tras la toma de conciencia política de juventud organizándose en partido para disputar el poder al status quo.

Sin mayoría en el Parlamento para el gobierno es imposible hacer cambios en la institucionalidad democrática y eso el profesor Velasco lo entiende.

Tampoco nada dice Velasco que la crisis creada por los corazones del sistema financiero enfermos de deuda que tienen que desahogarse por algún lado. Y que quienes pagan dicha deuda son finalmente los pueblos con el encarecimiento del costo de la vida y salarios que no crecen al ritmo de como se le encarece a cada persona el solventar su existir alimenticio, habitacional…

Los corazones del sistema financiero siguen elevando las tasas tras saber que con la sobreimpresión de dinero que hicieron durante la Pandemia vendría inflación, lo sabían anticipadadamente, pero antes salieron a endeudar a los países periféricos…

Todo ello mientras la acumulación de capital exorbitante ocurrida en los últimos años a costillas de Latinoamérica no se ha traducido necesariamente en un retorno de inversión en la región.

El profesor Velasco dice que no obstante países como Chile, sin embargo, pueden poner foco en estrategias de crecimiento, y pone acento en que si los gobiernos fueran capaces de cumplir sus promesas electorales, los votantes recuperarían la confianza en ellos. Lo que El Ciudadano ve no sucede por la deformación del ser político que debía defender los intereses de la ciudadanía, y dejó de hacerlo cuando la política se mezcló con los negocios.

El shock sobre Chile y Latinoamérica no solo es económico si no también está acompañado de intervención de la seguridad nacional, pues son los acuerdos económicos con los llamados “inversores” , en varios casos, el punto de partida del saqueo de los pueblos, materias primas, del erario público y control de la economía real mediante el poder financiero de grupos que hiperacumulan capital, controlan empresas claves, compran políticos y financian sus partidos.

Para el profesor “se pueden concebir negociaciones políticas a gran escala”. Una seguridad social más fuerte a cambio de “reformas favorables para los inversores”.

Y con que tengamos una red de seguridad social más fuerte, coincidimos, pero no con la forma de conseguirlo.

Preguntémosnos, ¿quiénes son los inversores base de la economía real?

Por una parte son las personas, por otra parte las materias primas de nuestro país.  Los habitantes del país pagan impuestos en lo que compran, alimentos, etc, y con ello contribuyen a las arcas fiscales, y también a la empresa o persona vendedora de un producto o servicio moviendo la economía del país.

Por otro lado, los recursos naturales en sus proceso de extracción, venta y exportación también mueven la economía pero no hay una diversificación suficiente de lo que exportamos como Latinoamérica y en ello coincidimos con Velasco, pero nada se dice del agujero negro de la economía chilena, la actividad minera  y  metales preciosos sin declarar.

El caso de Chile con el aumento de envío de concentrados en las últimas décadas es simplemente escandaloso.

Otro problema asociado a una mayor inversión en la región que ve Velasco es el deterioro de la educación, y estamos de acuerdo, sobre todo si vemos cómo las personas leen cada vez menos y observamos cómo los sistemas de medios de comunicación promueven una cultura que no invita a educarnos más y mejor.

Seguimos una institucionalidad anclada a nuestra explotación para hacer felices a inversionistas (alguien que tiene dinero como capital dispuesto a invertir) y que en la cultura capitalista tradicional quiere que algo le salga lo más barato posible y le dé retorno a nuestra costa como país y como fuerza trabajadora.

Una economía así no va a ninguna parte en este siglo XXI al menos para quienes política y humanamente tenemos el corazón a la izquierda.

Chile debe tener un programa para generar y aumentar su propia riqueza, un Proyecto Alquimia en base a sus minerales, cobre, litio, oro y tecnología asociada a la trazabilidad de las materias primas en general. Esto junto a un pago digno de la mano de obra para hacer andar los motores que permitan dar valor agregado y diversificar la producción y comercialización de lo que la naturaleza puso por gracia divina aquí, en Chile y toda la fértil región Latinoamericana.

Bruno Sommer Catalán*

*Periodista, Fundador El Ciudadano


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