Antecedentes incomodan a fiscal militar de Temuco

En 2014 fue "sorprendido poniendo avisos en internet donde ofrecía sus servicios profesionales de abogado en dependencias de la Fiscalía Militar". Además registra numerosas causas civiles por deudas, mostrando una "conducta evasiva y rebelde a las citaciones y llamados judiciales", denunció el representante de un carabinero.

Antecedentes incomodan a fiscal militar de Temuco

Autor: Matías Rojas

Serios cuestionamientos al desempeño del fiscal militar de Temuco, Eduardo Padilla Lizama, afloraron este mes en el marco de un recurso de queja interpuesto en la Corte Marcial por el abogado Marcos Herrera Chirino.

El problema comenzó cuando el jurista, en representación de un sargento de Carabineros procesado por el fiscal Padilla, señaló por escrito que éste carecía de «objetividad» para investigar. Los dichos enfadaron al capitán de Ejército, quien acusó a Herrera de cometer una «falta de respeto grave».

El oficial de La Araucanía, por resolución del 21 de marzo de 2017, amenazó al abogado con suspender el ejercicio de su profesión – es decir, prohibir que se desempeñe como tal en cualquier tribunal – «hasta el término de un mes, en todo el territorio de la República», y ordenó que sus palabras fueran tachadas del expediente.

Herrera no se quedó tranquilo. Denunció el hecho en Santiago, ante la máxima instancia judicial castrense, como un acto de inhibición a la defensa, «cuestión que estaría dejando de manifiesto la nula ecuanimidad e infracciones directas de las garantías del debido proceso», versa el documento revisado por El Ciudadano.

En su queja disciplinaria contra el capitán Padilla, explicando la frase que enojó al uniformado, Herrera planteó que el proceso radicado en la Fiscalía Militar de Temuco está siendo abultado con diligencias «artificiosas».

Además, señaló que el fiscal ha dejado de hacer trámites que podrían eximir de culpa a su defendido para no involucrar en eventuales delitos de falsedad ideológica militar a superiores de éste, los que pertenecerían a la Escuela de Formación Policial de Temuco.

Si bien la Corte Marcial rechazó la queja, destrabó el conflicto al ordenar que el fiscal fuera sacado del caso por existir, según concluyó, una «animadversión» entre el acusado y el acusador.

Pero pese a que no fue sancionado, en los herméticos muros de la Justicia Militar resonó otro cúmulo de antecedentes mencionados en la acción contra Padilla, el cual, denunció Herrera, «registra en el Poder Judicial innumerables causas seguidas en su contra y dentro de las cuales en varias de ellas… aparece con una conducta evasiva y rebelde a las citaciones y llamados judiciales«.

El Ciudadano verificó en el registro público de Pjud.cl los procesos judiciales por cobranza en tribunales civiles de Arica, Iquique y otras ciudades, donde Padilla ha prestado servicios como oficial de Justicia, en los que figura como demandado.

En la misma línea, revelando conductas que tildó de «poco éticas», Herrera evocó en la ampliación de su queja que el fiscal Padilla, años atrás, fue «sorprendido poniendo avisos en internet donde ofrecía sus servicios profesionales de abogado en dependencias de la Fiscalía Militar (de Temuco)«.

«Lo anterior señalado, se encuentra respaldado por la Hoja de Vida Calificada del recurrido, donde se da cuenta que fue reprochado por este hecho por la autoridad administrativa del Ejército de Chile», indicó.

En el documento citado por el abogado, este medio encontró la tibia anotación realizada el 4 de julio de 2014 por el general de Brigada Camilo Vidal Castillo.

La misma, que no implicó ningún castigo, orienta a Padilla a «continuar con sus tareas de Fiscal Militar, indicándole que debe cuidar el separar sus actividades como fiscal con las del libre ejercicio de la profesión, en cuanto a horarios e instalaciones«.


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