La compañía chilena de biotecnología Desert King desarrolló un proceso que extrae las sustancias activas de la corteza y la madera del árbol quillay (de denominación mapuche), para secarlas y luego convertirlas en un polvo.
El complejo proceso ya inició su fase final de ensayo clínico en el Reino Unido, el cliente es la sucursal británica de la empresa estadounidense Novavax.
El quillay (quillaja saponaria), conocido como el ‘árbol de la corteza de jabón’, contiene sustancias jabonosas en su corteza gris oscura y agrietada, que son surfactantes, es decir que actúan como un detergente natural de origen vegetal, que desarrollan una espuma estable al entrar en contacto con el agua.
Las saponinas, nombre científico de este jabón natural, disminuyen la tensión superficial de los líquidos y pueden unirse a sustancias que se repelen entre sí, como el agua y la grasa. Sin embargo, algunas de ellas tienen otra propiedad, que es importante en el desarrollo de una vacuna.
Según manifestó Andrés González, director general de la empresa chilena de biotecnología Desert King, a la agencia de noticias DW, «la vacuna consta de dos elementos: el antígeno y el llamado adyuvante (…) El antígeno activa el sistema inmunitario. Y el adyuvante es el portador del antígeno, que lo introduce en las células, que también estimula la respuesta inmunológica».
Desert King examinó 50 diferentes saponinas del árbol de quillay por sus propiedades y utilidad e identificó dos sustancias que son adecuadas como adyuvantes: QS7 y QS21.
El pasado 25 de septiembre, la compañía anunció el comienzo de un estudio de fase III con una vacuna contra COVID-19. Hasta 10.000 voluntarios de entre 18 y 84 años participan en el ensayo.
Según González, la compañía farmacéutica podría comenzar la producción de las dosis de la vacuna ya a principios de 2021, después de la finalización de la fase III.
Los mapuche, desde el siglo XVII, ya conocían las propiedades del árbol «küllay”, como llaman al árbol, que crece hasta 20 metros de altura, es de hojas lisas y coriáceas, de flores en forma de estrella, de color blanco y amarillo.
En la medicina de este pueblo ancestral, el extracto de corteza se utiliza tradicionalmente como expectorante para las enfermedades respiratorias y contra las enfermedades estomacales.
Una infusión o una tintura alcohólica de las flores se utiliza para tratar las dolencias reumáticas. Sus propiedades jabonosas eran usadas como un champú natural. Hoy en la industria alimentaria, la sustancia productora de espuma se utiliza en la producción de cerveza y otras bebidas.
Fuentes: ADN/El País.