Carabinero dado de baja por consumo de cannabis medicinal: «Cuando la probé se me olvidó el dolor, fue un descanso maravilloso»

Después de seis años de servicio en la policía chilena, el ex carabinero David Franchini vivió una situación que le cambió la vida para siempre

Carabinero dado de baja por consumo de cannabis medicinal: «Cuando la probé se me olvidó el dolor, fue un descanso maravilloso»

Autor: Nicolás Massai

Foto: Fundación Daya

Después de seis años de servicio en la policía chilena, el ex carabinero David Franchini vivió una situación que le cambió la vida para siempre. En 2010, durante la persecución a un delincuente por la ciudad de San Felipe, David subió hasta el campanario de la catedral de la ciudad por donde el criminal intentaba escapar, cayendo desde 20 metros de altura.

Luego de recibir el impacto de la caída sobre su pelvis –la cual se partió en cinco partes–, su hueso sacro se quebró en dos, se fracturó siete costillas y el brazo que usó de apoyo para cubrir su cabeza se partió en dos.

Tres operaciones consecutivas mantuvieron a David internado por un mes y medio en el Hospital de Carabineros, proceso en el que se le aplicó un tutor pélvico externo fijo, un armazón de fierro que se inserta en los huesos, para recuperar en algo su antigua movilidad.

Luego de tres meses de rehabilitación David logró ponerse de pie nuevamente, presentando una solicitud para adelantar su jubilación y su retiro del servicio, pues físicamente quedó con una movilidad reducida. Para manejar el dolor crónico provocado por las numerosas fracturas, a David le recetaron analgésicos como el tramadol y la pregabalina, los que con el tiempo le generaron una tolerancia que hizo que los dolores regresaran. «Los medicamentos tradicionales, si bien tienen su efecto, con el pasar del tiempo el alivio que producen es muy bajo», relata David.

Desesperado por los dolores, David decidió seguir el consejo de un amigo y probó un cigarrillo de cannabis para encontrar algo de alivio. «Cuando probé el cannabis se me olvidó el dolor, fue un descanso maravilloso; imagínate lo que es despertar y acostarse con dolor. Este primer acercamiento al cannabis mejoró completamente mi calidad de vida», señala.

Foto: Fundación Daya

David comenzó a cultivar cannabis en su hogar, pero debido al tiempo necesario para la cosecha y los fuertes dolores que lo afectaban, decidió conseguir cannabis en el mercado negro. Entonces aparecieron funcionarios del OS-7, el Departamento de Drogas de Carabineros de Chile. «Al momento de fiscalizarme me identifiqué como carabinero, pero igualmente comenzaron a registrarme. Les comenté que era usuario de cannabis medicinal, les mostré mis papeles médicos, pero según ellos yo me encontraba traficando en el sector», recuerda el afectado.

Para eliminar las sospechas de tráfico, David declaró a los funcionarios policiales que en su casa cultivaba cannabis, pero que se había visto en la obligación de comprar pues aún no podía cosechar su medicina. David fue llevado a la comisaría para su detención y luego fue trasladado a su hogar donde se le incautaron las plantas, a pesar de los ruegos de David. «Les decía que era como si estuvieran sacándole el suero de la vena a un enfermo, pero no les importó mi condición de usuario medicinal».

De regreso en la comisaría David se enteró que la institución había decidido darlo de baja producto de este hecho. «Estuve cinco años esperando mi jubilación y ese día en menos de 24 horas me dieron de baja. Me sentí pasado a llevar y vulnerado en mis derechos. El accidente fue producto de un operativo policial; entregué mi vida en una persecución que dejó mi cuerpo con una movilidad reducida, pero para la institución fue más relevante satanizar el consumo de una planta que entrega alivio a mis dolores», declara hoy el ex carabinero.

David recuerda el proceso de formalización como una experiencia traumática. «Estaba muy asustado, imagínate estar detenido con criminales siendo un carabinero. Tuve que pasar muy discretamente». Desorientado frente a todo lo ocurrido, un amigo le comentó a David que existía una fundación que trabajaba con el tema del cannabis medicinal. «Venir acá fue lo mejor que pude hacer porque estaba solo. En Fundación Daya me dieron todo el apoyo y tranquilidad que necesitaba», relata David.

Foto: Fundación Daya

A pesar de que en marzo de 2016 David quedó absuelto de los cargos presentados en su contra, la institución mantuvo su decisión de darlo de baja. «Yo estoy jubilado y dado de baja, una contradicción aparente. Sigo ligado a la institución, pero dado de baja por mala conducta, por tráfico, a pesar que la Fiscalía me absolvió por considerarme un usuario medicinal».

Para David, Carabineros no respetó su presunción de inocencia, ya que su baja está basada en «injurias y calumnias» dado que fue absuelto por la resolución judicial. «Hoy aparezco dado de baja por mala conducta, por tráfico, lo cual me dificulta la búsqueda de trabajo. Es un daño enorme que uno no dimensiona cuando realiza sus funciones como carabinero. Antes lo veía como un papeleo y mi participación terminaba ahí. Pero cuando se está del otro lado, el papeleo inicia todo un proceso desgastante en el que se pasa mal».

Hoy David cuestiona la humillación que sufren las personas usuarias de cannabis medicinal por parte de la policía. «Es una planta que te sana, que te puede curar y te ayuda a sentirte mejor. Prefieren que uno esté en la cama llorando del dolor sin hacer nada», asegura.

Es por eso que David hace un llamado a participar en la marcha #CultivaTusDerechos que se realizará el próximo domingo 4 de junio a las 11:00 hrs. desde Plaza Italia, bajo el lema #NoMasDaños, que busca visibilizar situaciones como estas, donde los usuarios de cannabis en Chile deben sufrir vulneraciones a sus derechos producto de un actuar policial que interpreta de manera errónea la legislación vigente, como dan cuenta de ello los numerosos fallos a favor de los usuarios de cannabis, y la ausencia de un marco regulatorio acorde a la capacidad medicinal de la planta.


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