CARTA ABIERTA a propósito del texto de la renuncia (con ventilador) del señor Patricio Fernández a su cargo de relativizador de los hechos que culminaron con el bombardeo a La Moneda, la muerte del presidente Allende y el inicio de la oscura noche que cubrió nuestro país, y que aún nos mantiene en la penumbra de esta seudodemocracia que evita la Justicia, esconde a los criminales y se desespera por entregar nuestra soberanía y recursos naturales a manos extranjeras.
Estimado Patricio Fernández: Como dice un viejo dicho: No aclare, que oscurece… No son rencores e intolerancias los motivos que nos mueve a las víctimas de la dictadura, sino solo la exigencia de Justicia por los actos cometidos por quienes se sienten dueños de nuestras vidas, del futuro de nuestros hijos y del futuro de nuestro país. El rencor y la intolerancia fueron las motivaciones de quienes organizaron, planificaron, financiaron y ejecutaron los crímenes contra el pueblo de Chile y su Democracia con el fin de apropiarse de años de desarrollo y lucha social por construir una sociedad más justa.
Muchos de quienes dijeron ser parte de esta lucha se convirtieron en tolerantes a sus crímenes hablando de reconciliación, pero escabullendo la justicia y metiendo bajo la alfombra de la ignominia los hechos, a los criminales y a sus cómplices de ayer y de hoy bajo la amenaza latente de «esto u otra dictadura». No es Democracia la que impone a un pueblo un modo de vivir miserable e indigno mediante la mentira y el chantaje permanente.
En estos 50 años no hemos recuperado nada. La Democracia sigue secuestrada en un seudo parlamento que nos impone leyes injustas, que permitió el saqueo a Chile y la Constitución amañada de la dictadura; un poder Ejecutivo sometido a pautas que nos quitan soberanía y una Justicia basada en las ‘leyes’ de la dictadura, más orientada a la represión que a entender la demanda por mayor Justicia y equidad. NO estamos conmemorando el 11/9/73.
Estamos REMEMORANDO esos aciagos acontecimientos que cercenaron la aspiración del pueblo de Chile a la verdadera Democracia, esa que la humanidad espera desde hace miles de años sintetizada en la propuesta de Salvador Allende y su revolución socialista a la chilena: El gobierno DEL pueblo, POR el pueblo y PARA el pueblo. No el de una élite mesiánica y corrupta, autonombrada como ‘clase política’, restringida a que se elija propuestas o representantes del pueblo solo de entre sus candidatos, a veces camuflados de revolucionarios y de demócratas, pero acérrimos o disimulados defensores de la dictadura militar y económica impuesta por mano extranjera.
Como usted sabe, el sueldo de Chile, nuestros minerales y demás recursos naturales, ya no nos pertenece. Ha sido entregado en dominio a sus concesionarios. Es lo que se reafirma y amplía en el texto constitucional, propuesto por los expertos de la élite, en contra del interés nacional, escondido en el capítulo de «Derechos».
Bonitas palabras no alcanzan para tapar el inmenso daño que se está gestando al pueblo de Chile justo cuando se nos acusa a las víctimas de rencorosos e intolerantes. ¿Para no serlo debemos guardar silencio ante tamañas afrentas?.
Rodolfo Matus Alvear
CC. Gabriel Boric, Presidente de Chile (o, mejor dicho, de lo que queda de Chile).
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