Chile registró dos olas de calor en octubre. La primera ocurrió a principios de mes y la segunda en la última semana, justo cuando se realizaban las elecciones municipales y regionales. El 28 de octubre, Huechuraba registró la temperatura más calurosa de todos los tiempos para la Región Metropolitana: 39,9°C. En esta ocasión, la temperatura superó en un grado el récord de 2021, según indicó Alejandro Sepúlveda, periodista de Mega especializado en temas climáticos.
En este contexto, llama la atención que Senapred (Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres) se mantuviera al margen de la situación. De acuerdo a sus lineamientos, si las olas de calor afectan al conjunto de la población, deben suspenderse las actividades públicas. Claro, en este caso, estamos hablando de un fin de semana de elecciones, lo que complejiza aún más el escenario. Es por esto que también me sorprendió que la clase política chilena (tanto de izquierda como de derecha) no se pronunciara frente a la ola de calor.
Desde mi punto de vista, el problema reside en que Senapred utiliza el semáforo del tránsito (compuesto por luces verde, amarillo y rojo) para declarar una emergencia o indicar niveles de alertas para la ciudadanía y los servicios públicos. Este sistema resulta insuficiente. En todo el mundo, los sistemas de alertas tienen cuatro colores: incluyen una luz de advertencia de color naranja.
Por su tamaño, Chile ocupa el puesto N°142 entre los países contaminantes del mundo con 90 mil megatoneladas de CO2 en 2022. Sin embargo, si consideramos la contaminación del aire, nuestro país ocupa el preocupante puesto N°43. Es decir, como país contribuimos poco a la contaminación global, pero sufrimos de manera directa una de las mayores consecuencias de la crisis climática: la contaminación del aire.
Ya es tiempo de que la ciudadanía conozca la verdad. Y que, por lo menos, pueda saber que existen distintas perspectivas sobre cómo enfrentar la crisis climática.
El semáforo del tránsito que utiliza Senapred debe ser reemplazado por el semáforo que aplica Sernageomin (Servicio Nacional de Geología y Minería de Chile) para las catástrofes volcánicas. Este semáforo es, por lo demás, el sistema más utilizado en todo el mundo. De esta manera, la ciudadanía podría tener un tiempo para prepararse y no sería sorprendida con alertas que llegan tarde, cuando las catástrofes ya han ocurrido. Un ejemplo reciente es el caso de Valencia, España, donde fallecieron más de 220 personas y aún hay desaparecidos.
Subestimar la crisis climática es lo peor que nos puede ocurrir. Como ciudadanos, esto nos deja con la sensación de haber sido sorprendidos sin tiempo para prepararnos. Además, a medida que la crisis avanza, el desconocimiento sobre su verdadera magnitud dificulta aún más la disposición de las personas a cumplir con las políticas públicas de prevención.
Para enfrentar los desafíos del futuro inmediato, debemos estar dispuestos a transformar nuestra forma de vida y comenzar a transitar de inmediato el camino hacia una adaptación profunda.
Por Manuel Baquedano
Pte. Instituto de Ecología Política
Poder y Liderazgo, 19 de diciembre de 2024.
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