Un estudio nacional confirmó la existencia de diferencias en las competencias cognitivas en niños de 5 y 6 años, dependiendo de su vulnerabilidad socioeconómica.
La investigación, liderada por el profesor de la Facultad de Psicología de la Universidad de Talca, Cristian Rojas Barahona, midió el desarrollo temprano de habilidades cognitivas y académicas en el aula, así como los efectos a corto y mediano plazo de un juego en Tablet que estimula habilidades cognitivas, emocionales y sociales, para niños de prekínder.
Según el especialista, pudieron corroborar que los niños de familias de bajos ingresos comienzan la etapa de párvulos con un menor desarrollo de habilidades académicas, como precálculo y alfabetización inicial.
Esto también se observa en habilidades no académicas, como competencias emocionales y sociales, al compararlos con menores de familias de mayores ingresos: «Si estas diferencias iniciales no se abordan desde temprano, es muy posible que aumenten las disparidades educativas a largo plazo», precisó el investigador.
«Si a esto le sumamos la evidencia que entre los 3 y 7 años suceden aspectos críticos en el desarrollo humano, como el reconocimiento de emociones, el desarrollo del control de la conducta y el desarrollo de las funciones ejecutivas, resulta prioritario trabajar con los niños que tienen una mayor vulnerabilidad económica y estimular estas habilidades tempranamente, de manera de emparejar las oportunidades y generar condiciones estructurales de igualdad desde la primera infancia», agregó el académico.
Entrenamiento digital
El estudio, que forma parte del proyecto Fondecyt Nº1210989, permitió observar que los niños que fueron expuestos a estimulación de habilidades cognitivas y socioemocionales mostraron un mejor desarrollo de estas, cotejándolo con el grupo de comparación que no participó en el programa.
Es decir que, gracias a la metodología empleada, las variables de memoria de trabajo, control inhibitorio, reconocimiento de emociones y elección de conductas prosociales, mejoraron inmediatamente después de la intervención, por lo que en los siguientes años se evaluará si estos se mantienen en el tiempo.
«A través de este programa de entrenamiento digital logramos mejorar las habilidades cognitivas y socioemocionales, lo que potencialmente contribuirá a la prevención de problemas de conducta, y una mejora en la calidad de vida de los niños más vulnerables», concluyó el profesor Rojas Barahona.
Metodología
Durante la investigación se empleó un dispositivo táctil o Tablet, donde los niños tenían que reconocer y ejecutar una serie de instrucciones y tareas cognitivas y socioemocionales.
Entre las habilidades y competencias que se midieron, había competencias cognitivas, de memoria de trabajo y control inhibitorio; emocionales, de reconocimiento de emociones; y de competencia social como elección de conductas prosociales; así como habilidades académicas de alfabetización inicial y precálculo.
El proyecto es producto de una línea de investigación que cuenta con varias publicaciones en el tema. Actualmente, la iniciativa lleva 24 meses de trabajo, los últimos 12 dedicados a la observación por medio de este juego electrónico.
Durante los próximos dos años se hará un seguimiento a los niños participantes, para evaluar cómo siguen evolucionando en materia cognitiva.
Finalmente, el estudio analizó a los menores por género, salud mental y condiciones basales de las habilidades estimuladas. Se utilizó una metodología cuantitativa, con un diseño de ensayo controlado.
Ahora, los resultados de la investigación serán presentados en un congreso especializado en Italia.
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