En las calles de Santiago y su transporte público se evidencia una heterogeneidad nunca antes vista en la historia capitalina. La inmigración ha crecido en forma acelerada en los últimos 5 años, permitiendo a miles de personas de diverso origen y nacionalidad arribar a nuestro país, integrando poco a poco sus culturas y costumbres con las nuestras. Sin embargo, el proceso de adaptación es gradual y llamativo en un principio, lo que a veces asusta o enfurece a nuestra población «nativa», en tanto la barrera del idioma parece muchas veces infranqueable para ciertas comunidades de inmigrantes llevándolas a preferir el aislamiento.
Si bien en los últimos años ha crecido con más fuerza (y «se nota» más), la inmigración no es un fenómeno nuevo en la capital. Uno de los grupos más notorios desde hace un par de décadas es el de la comunidad china, cuya «primera ola» contemporánea de inmigrantes llegó a mediados de los 90, inaugurando sus llamativos restaurantes, plagados de colores, signos, símbolos, dragones y letreros de neón, instalando así una novedosa y pintoresca visualidad asiática entre el ensimismado gris de un país que acababa de salir de un largo letargo cultural.
En 2005 Chile firma el Tratado de Libre comercio con China, lo que abriría las puertas a una «segunda ola» de inmigrantes de dicha nación a nuestro país, y también a sus productos. La manufactura de bajo costo importada a Chile, muchas veces por empresarios inmigrantes chinos, ha desplazado las preferencias de los capitalinos hacia sus productos, instalándose una cierta cultura comercial del «por mayor» que, a su vez, nutre el comercio detallista e informal de nuestras veredas. Como en su momento la «comida china» se irguió como una alternativa más económica a los restaurantes, es hoy el «mall chino» el que se levanta como una opción más barata respecto a los centros comerciales tradicionales.
Actualmente, el tradicional Barrio Meiggs es el centro neurálgico del comercio de productos chinos en la capital, una suerte de Barrio Chino (Chinatown) al estilo norteamericano de mediados del siglo XX. Meiggs es un barrio profundamente multicultural, en donde la comunidad china parece permear cada rincón, visibilizando su cultura a través de su idioma, sus creencias y hasta sus cánones de belleza.