Con 9 votos a favor y una abstención, la Comisión Mixta compuesta por miembros del Senado y la Cámara aprobó la propuesta de 17 cupos reservados para pueblos originarios y uno para afrodescendientes, todo esto dentro de los 155 escaños ya fijados.
La iniciativa entregará siete escaños a mapuches, dos a Aymaras y uno para cada uno de los siguientes pueblos: Rapa Nui, Quechua, Lincan Antay o Atacameño, Diaguita, Colla, Kawashkar, Yagán o Yámana, Chango y tribal afrodescendiente.
Asimismo, fue acordado que los patrocinios de las candidaturas a estos escaños puedan ser realizadas por organizaciones o con firmas, estableciéndose más rúbricas para los pueblos más grandes y menos para aquellos con menor población.
Sin embargo, el cupo a los afrodescendientes será votado por separado corriendo el riesgo de ser rechazado por parlamentarios del oficialismo.
Lo más probable es que dicha opción se rechace, toda vez que se requiere un quorum de 3/5 para su aprobación.
De hecho, des dela centrozquierda insistieron en que excluir a esa etnia de la reforma constitucional implicaba un acto de racismo.
La derecha impone sus términos y la centroizquierda cede
Luego de discusiones y maratónicas jornadas no prosperó la idea de que los 18 cupos para convencionales pertenecientes a algunos de los pueblos ancestrales fueran sumados a los 155 puestos, por lo que la Convención Constotucional sumaría 173 miembros.
Este punto levantó algunas alertas que plantean que podría afectar a la igualdad territorial que tendrá cada distrito, considerando que los 155 escaños corresponden a la representación de la población a lo largo del país.
Los escaños saldrán de los distritos más grandes, beneficiando a la derecha, que ganaría por secretaría, disminuyendo la representación de independientes dentro de la Convención Constitucional, lo que se traduce en un retorno parcial al sistema electoral binominal.
Sin embargo, aún podría realizarse un “redistritaje” que permita devolver la representatividad.
Por otra parte, el total de asientos a distribuir entre los no indígenas será de 137, lo que coincide con el proyecto de reducción de parlamentarios presentado por el Gobierno.
Pese a que la centroizquierda debió ceder ante las constantes demandas y argumentos presentados por el oficialismo para aplazar el proceso, varios parlamentarios coincidieron en que se trata de una decisión «histórica» e «inédita» y que viene a subsanar una deuda con las etnias indígenas del país.
Al respecto, el presidente de la comisión, el senador Alfonso De Urresti (PS), comentó que «se consiguió un hecho histórico de tener representación de escaños reservados, contra viento y marea, contra muchos que se oponían, contra quienes no querían reconocer o dar un número muy bajo».
«Esto se va a votar en el Parlamento y ahí vamos a ver cómo se respalda esta integración efectiva de los pueblos originarios en el proceso constitucional», añadió, refiriéndose de ese modo la votación a la que se someterá el proyecto en la Sala de la Cámara de Diputados y el Senado, donde deberá obtener un apoyo de tres quintos.
A pesar de abstenerse durante la votación, el diputado de la DC, Matías Walker, señaló que «la verdad es que uno siempre quiere más, habíamos planteado 24 escaños para los pueblos originarios, pero es que es un buen resultado, un paso histórico, porque no solamente vamos a tener la primera Constitución en la historia de Chile escrita en democracia, sino que además con paridad y participación de todos los pueblos originarios».
Walker manifestó su descontento por la votación por separado que se realizará para el cupo para pueblo afrodescendiente, “sabiendo que ese cupo será rechazado en la sala por la propia derecha”.
A su vez, el diputado de RD, Miguel Crispi, se refirió a la «posición muy inflexible por parte del Gobierno»
«Se han entregado cosas que eran valiosas para las comunidades indígenas, pero finalmente lo que queda y lo que importa es que tendríamos escaños reservados(…) Lo vamos a votar el lunes y espero que esta votación sea positiva y el oficialismo cumpla con apoyar esta iniciativa que es fundamental, tanto por el momento político que se vive en la Araucanía, como por la historia republicana de nuestro país. Esta es la oportunidad que tendremos en mucho tiempo de poder resarcir una deuda enorme que el Estado tiene con los pueblos indígenas», dijo, citado por Emol.
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