El Presidente Gabriel Boric firmó el ingreso de Chile al Tratado de Biodiversidad Más Allá de la Jurisdicción Nacional (BBNJ, por sus siglas en inglés, también conocido como Tratado de Alta Mar), un acuerdo que ha sido calificado como «histórico» para la protección de los océanos del planeta.
La iniciativa busca conservar la vida marina y frenar las actividades nocivas en los dos tercios del océano que se encuentran fuera de las jurisdicciones nacionales.
Entre sus ejes principales, el BBNJ permitirá establecer una gobernanza para que distintos acuerdos e instrumentos trabajen de manera coordinada en asegurar la conservación y uso sostenible de los océanos a largo plazo.
Además, el Tratado establece mecanismos para la creación de áreas marinas protegidas, define la implementación de las evaluaciones de impacto ambiental, y determina la creación de capacidades y transferencia de tecnología hacia países en desarrollo.
El acuerdo inició este 20 de septiembre su apertura de firmas durante la Cumbre sobre Ambición Climática, en el marco de la Asamblea General de la ONU, que se realiza en Nueva York, Estados Unidos.
En ese sentido, durante su intervención, Boric realizó una crítica «a un sector minoritario de la sociedad, pero muy poderoso, que no se somete a estos debates ni a las reglas democráticas, ni a los acuerdos que multilateralmente alcanzamos, y que tiene que ver con algunas multinacionales y el capital financiero internacional que no sigue los estándares democráticos».
«Por mucho que acá declaremos nuestras buenas intenciones, si no somos capaces de someter a estos grupos a la voluntad de la comunidad internacional expresada por los liderazgos aquí presentes, no vamos a llegar a la meta», agregó el Mandatario chileno.
Áreas Marinas Protegidas
La suscripción chilena del BBNJ fue recibida con optimismo por la organización ambientalista WWF, cuya coordinadora de Biodiversidad Marina y Políticas Oceánicas, Yacqueline Montecinos, recordó que es «imprescindible» proteger el océano para enfrentar la crisis climática actualmente en desarrollo.
«El océano no puede esperar, protegerlo es imprescindible para enfrentar la triple crisis climática, de pérdida de biodiversidad y de contaminación. En este contexto, la firma por parte de Chile del Tratado de Alta Mar es un hito de gran importancia, que reafirma el compromiso que se ha mostrado en estos temas, considerando además que somos un país oceánico y altamente vulnerable al cambio climático», señaló Montecinos.
En esa línea, uno de los puntos destacados por la experta de WWF es que el Tratado permitirá la creación de Áreas Marinas Protegidas en alta mar, junto con establecer un marco para la evaluación del impacto ambiental en dicha zona oceánica.
«Se espera que este tratado sea clave para cumplir los compromisos de la meta global denominada 30×30, que implica la protección de al menos un 30 % de las zonas terrestres y de aguas continentales y de las zonas marinas y costeras», añadió la representante de la ONG.
«La Alta Mar no pertenece a ningún Estado, pero es un gran tesoro común para toda la humanidad y es uno de los pilares para la vida sobre nuestro planeta, por lo tanto, esperamos que este tratado genere un impacto positivo que ayude a incrementar la protección de esta zona, que hoy tiene bajo resguardo solo alrededor de un 1%. Asimismo, ayudará a fortalecer la protección de las rutas migratorias de los grandes cetáceos dentro del Pacífico Oriental», cerró la profesional, quien también es coordinadora de la iniciativa Corredor Azul del Pacífico de WWF.
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