A fines de abril, el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Temuco condenó a 10 años y un día de cárcel a los hermanos Pablo y Benito Trangol, declarados culpables del delito de incendio contra un templo evangélico de la comuna de Padre Las Casas, hecho ocurrido en junio de 2016.
Aun cuando está pendiente la revisión de nulidad del proceso, los hermanos Trangol decidieron comenzar una huelga de hambre líquida. “Hemos tomado la difícil decisión de iniciar una nueva huelga líquida, a pesar de las secuelas que nos dejó la extensa huelga anterior, en la cual estuvimos al borde de un final fatal”, dijeron por medio de un comunicado subido a una página de Facebook a favor de su libertad.
Los comuneros mapuche definieron dos objetivos para la medida de protesta. El primero es apoyar al machi Celestino Córdova, primer condenado por el caso Luchsinger-Mackay, quien permanece sin alimentación hace más de un mes, a la espera de un permiso que lo autorice a salir de la cárcel por 48 horas para renovar su rewe.
El segundo propósito de los hermanos Trangol es la anulación del juicio, “en el cual fuimos condenados bajo una declaración de testigos sin rostros y sin haber un fundamento o prueba concreta que demuestre nuestra culpa, y donde la detención fue declarada como ilegal”, expusieron en la declaración.
En conversación con radio Cooperativa, Robinson Trangol, hermano de los huelguistas, comentó que «los presos políticos mapuche del caso Iglesia han decidido tomar una difícil decisión de iniciar una huelga de hambre líquida indefinida, ya que están condenados injustamente solo por presiones políticas y por ser mapuche”.