La semana pasada se dio a conocer un video en el que Javier Soto, autodenominado «pastor» de la religión evangélica, pisoteaba la bandera que representa al colectivo de la diversidad sexual (LGTBI).
El conductor que estaba frente a él, José Miguel Villouta, no aceptó este hecho y al final terminó por expulsarlo del set del programa.
Esta información puso en el debate nuevamente la homofobia declarada que hay por parte de algunos representantes de este tipo de corrientes espirituales.
Sin embargo, este martes, el relacionador público de la Catedral Evangélica de Chile –donde se realizará el Te Deum anual al que asiste la presidenta de la República–, Eduardo Durán, dijo que se le fue prohibida la entrada a Javier Soto a este importante evento de las Iglesias Evangélicas.
A pesar de que indicó que esta decisión fue tomada con anterioridad al show penoso de Soto en Vía X, afirmó que como comunidad condenan «su forma de predicar».
Pero lo más importante, sin lugar a dudas, fue el momento en que Durán cuestionó la condición de «pastor» que se atribuyó Soto. «Los evangélicos creemos en la convivencia respetuosa entre las personas y desde esa mirada el señor Soto, se coloca al margen de esta condición. En lo personal tampoco nos consta su condición de pastor con estudios en teología y ordenado por alguna corporación», dijo, según consigna La Tercera.