El Senado, unánimemente dio un espadarazo a dos proyectos que revocan la nacionalidad por gracia obtenida por el sacerdote del Colegio Cumbres y quien fuese declarado culpable por el Tercer Tribunal en lo penal de Santiago por el delito de abuso sexual a una menor que pertenecía al colegio de la comuna de Las Condes.
Cabe recordar que O’Reilly obtuvo la nacionalidad chilena en enero de 2008 y hasta ese entonces, todavía no estaba vinculado a temas de pederastia ni a una acusación directa por el delito de abuso sexual. Frente a lo anterior, la discusión en la Cámara Alta con intervenciones de los senadores Rabidranath Quinteros, Jaime Quintana, Lily Pérez, Alfonso De Urresti y Alejandro Navarro, sostuvo de manera unánime la voluntad de no amparar a través de la honrosa condición de nacionalidad por gracia entregada por el Gobierno, la figura de «un delincuente con sotana», en palabras de De Urresti.
Por último, es importante reflexionar y dar los créditos necesarios a los legisladores del Senado, quienes han aportado con estas gestiones en el avance para lograr justicia en los caso de abusos cometidos por integrantes de la Iglesia Católica. Lamentablemente el camino aún es largo, considerando que todavía nuestra Arquidiócesis ampara y respalda, a pesar de las pruebas y las acusaciones puestas sobre la mesa, la asunción como Obispo de Osorno al sacerdote Juan Barros, vinculado a los atroces actos cometidos por el sacerdote Fernando Karadima, quien también fuera declarado culpable por el delito de abusos sexuales.
El Senador Rabindranath Quinteros expresó que “la ciudadanía está muy empoderada y no acepta ningún tipo de abuso ya sean económicos, políticos, judiciales y eclesiásticos, como en este caso, por ello me alegro mucho que haya sido aprobado este proyecto con una tremenda votación en el Senado y también el oficio para su expulsión de nuestro país (…) ya que la nacionalidad fue dada por gracia en base a engaño, porque después se comprobó que todos los antecedentes no se condecían con la realidad”.
En su intervención el Senador De Urresti solicitó oficiar al Ministerio del Interior para que John Reilly sea expulsado del país, expresando que “la nacionalidad chilena es un privilegio y este delincuente con sotana no puede ostentar este alto honor”.
Los autores del proyecto coincidieron también en señalar que la nacionalidad por gracia fue utilizada por John Reilly como atenuante para rebajar su sentencia, cuestión que consideraron inadmisible.