Un informe de la Contraloría estableció errores en la medición del índice de evasión del sistema Transantiago, por parte del ministerio de Transportes. Según consigna un reporte del diario La Tercera, el informe, realizado entre enero y julio de 2017, abordó la recolección de datos hecha por los inspectores u observadores “incógnitos” que viajan a bordo de los buses.
Así, se revisaron las fichas confeccionadas a mano donde anotan cuántas personas no validan el pasaje, en recorridos elegidos al azar. Esta información fue comparada con la que se digita en planillas Excel, datos a partir de los cuales se estima la evasión en el Transantiago.
Hay que destacar que la salida de recursos que genera la evasión del pago del pasaje en el Transantiago lleva a que el Estado deba desembolsar fondos extra para compensar a las siete empresas por las pérdidas sufridas. Debido a la relevancia de este problema, la Contraloría General de la República realizó esta auditoría, evacuada el 10 de agosto, en que se detallan errores en la forma de medir este índice por parte del Ministerio de Transportes.
Por ejemplo, en el software, se encontraron direcciones erradas del lugar donde se inició la fiscalización, pues algún funcionario arrastró la celda del Excel. Otro caso detectado es que la cantidad de usuarios que subía a los vehículos era diferente a los que descendían, números que sirven para confirmar lo contabilizado.
También se apreció que otro fiscalizador aparece observando la evasión en tres puertas de los buses al mismo tiempo, tarea que no puede ser realizada en la práctica. Otra anomalía corresponde a que dos inspectores figuran realizando la misma tarea, a la misma hora y en el mismo bus, lo que no procede.
Al respecto, Ana Luisa Covarrubias, gerenta de Evasión del Transantiago, explicó que se subsanaron “en gran parte las cosas que planteó la Contraloría, como el registro y la validación de datos”.
Asimismo, debido a los problemas detectados históricamente, Covarrubias afirmó que esta tarea debería ser realizada por un organismo independiente o bien una empresa, como por ejemplo, el Instituto Nacional de Estadísticas.