A través de la publicación de una carta abierta, la Coordinadora de Movimientos Sociales (CMS) interpeló a las cúpulas de los partidos políticos integrantes de la Mesa Negociadora, por el rumbo que ha tomado el debate ante el nuevo proceso constituyente, el cual lleva 3 meses en discusión.
En la misiva, se refirieron a los “mínimos democráticos» que se deben considerar, como participación de independientes, paridad en su integración y asegurar escaños de pueblos indígenas.
«Las negociaciones que han tenido lugar en el ex Congreso están completamente alejadas de este propósito, de permitirnos contar al fin con una Constitución que sea fruto de un proceso democrático», indica el documento firmado por la CMS, agrupación nacional que cuenta con más de 100 representantes de organizaciones sociales y territoriales del país, entre estas, feministas, sindicales, socioambientales, culturales y de Derechos Humanos.
En la declaración se califica como «inaceptable» el hecho de que ciertos sectores estén planteando que el futuro órgano constituyente encargado de redactar una nueva Constitución sea mixto: «Esta decisión como pueblo ya la tomamos: dijimos claramente Mixta NO. Necesitamos una Convención 100% electa», agrega el documento.
Karina Nohales, de la Coordinadora Feminista 8 de Marzo (CF8M), declaró que «esto no es lo que el pueblo mandató ni es lo que el pueblo necesita y, por lo tanto, no es el camino correcto».
«Hoy como ayer afirmamos el camino constituyente abierto a través por la movilización social, poniendo al centro la participación y protagonismo indelegable de todos aquellos sectores excluidos de la representación institucional actualmente reconocida, es la única garantía de que una nueva Constitución pueda responder efectivamente a las aspiraciones y urgencias de las grandes mayorías», agregó la dirigenta.
«Como feministas, integrantes de la Coordinadora de Movimientos Sociales, defendemos la necesidad de un proceso democrático, de un órgano 100% electo, paritario, con representación de pueblos originarios y de independientes», puntualizó Nohales.
En esta misma línea, Manuela Royo, ex constituyente de Movimientos Sociales y parte del Movimiento de Defensa por el Acceso al Agua, la Tierra y la Protección del Medioambiente (Modatima), señaló que «como movimientos sociales no estamos dispuestos a apoyar la existencia de una convención Ortúzar 2.0 que legitime una Constitución escrita entre cuatro paredes. Se deben respetar los mínimos democráticos, paritarios y de inclusión, de otro modo será una Constitución regresiva y sin fiabilidad necesaria para este proceso».
Por su parte, Vivian Franco de la Asociación de Abogadas Feministas (Abofem Wallmapu), expresó que «ningún movimiento social ni popular va a caer en la trampa de apoyar un proceso sin garantías democráticas. No estamos disponibles para mantener el modelo neoliberal con una nueva portada».
En la misma línea, Pía Gajardo de la Coordinadora Feminista 8 de Marzo (CF8M) e integrante del Observatorio Nacional de Derechos Humanos de Valparaíso, mencionó que «el diseño del nuevo proceso constituyente restringe la democracia y el derecho de las personas de decidir quienes tendrán voz a la hora de redactar el acuerdo normativo y político más importante de nuestro país».
«Un proceso sin mínimos democráticos y con designaciones está reproduciendo la ilegitimidad de origen de la Constitución hecha en dictadura. La regresión de Derechos Humanos en este aspecto es preocupante, pues se restringe la participación de los sectores históricamente excluidos pasando por encima del principio de igualdad y no discriminación», agregó Gajardo.
La carta pública firmada por la CMS, además, hace mención a la preocupación que existe ante las campañas de desinformación masiva que hubo en el anterior proceso constituyente.
«Demandamos que antes de iniciar un nuevo proceso constituyente se establezcan las garantías necesarias para evitar que esto se repita, lo que incluye tanto la difusión pública en medios de comunicación, como asegurar condiciones que propicien la participación y transparencia activa», menciona el documento.
La misiva concluye señalando que «un nuevo proceso constituyente debe tener como mínimos democráticos la elección popular de todas las personas que integren el órgano constituyente, el cual además debe ser paritario, con participación de escaños reservados e independientes y que se proponga resguardar el debate constituyente con información fidedigna y con amplios mecanismos de participación».