Durante la presente jornada, las víctimas de violaciones a los Derechos Humanos en Chile cuestionaron la declaración de Sebastián Piñera en Fiscalía (consignada en una nota de La Tercera), en el marco de la investigación por eventuales delitos de lesa humanidad durante el estallido social del 2019.
Allí, entre otras cosas, Piñera señala que desde el primer momento del estallido social, su preocupación principal «fue cómo recuperar el orden público y, al mismo tiempo, garantizar el respeto por los derechos humanos», asegurando que «el respeto irrestricto a los derechos humanos ha sido una constante en mi vida».
Asimismo, el Mandatario desligó su responsabilidad política señalando que «teníamos muy claro que la subordinación de las Fuerzas de Orden Público y Seguridad (FOS) no incluía la parte operativa. Es una dependencia en los aspectos administrativos y de objetivos. Por tanto, la forma en que se desplegaban las FOS eran decisiones operativas que correspondían a las policías y no al gobierno».
Desde la Coordinadora de Víctimas de Trauma Ocular, una de sus voceras, Marta Valdés, afirmó que entre los familiares y las víctimas «tenemos la sensación de un absoluto abandono del Estado. Yo creo que el gobierno está jugando y estirando el chicle hasta el término del gobierno de Piñera y creemos que lamentablemente aquí no se van a hacer responsables en reparar el daño provocado».
En la misma línea, el hermano de Gustavo Gatica, Enrique, manifestó que «algo grave que aparece (en la declaración) es la autonomía con la cual funciona Carabineros y yo creo que refuerza un poco la idea de que, teniendo todos los antecedentes, el gobierno nunca quiso detener las violaciones a los Derechos Humanos que estaban ocurriendo en el país».
Según consignó La Tercera, la declaración de Piñera tiene una extensión de 11 carillas, y en ella, el Mandatario dice que «no hubo ninguna advertencia concreta y específica sobre un desenlace como el vivido» el 18 de octubre, explicando que su frase «estamos en guerra contra un enemigo poderoso» era una «retórica, no literal, que ocupo con mucha frecuencia» y que se refería a la violencia «y no, por cierto, a los manifestantes».
Sobre la decisión de decretar el Estado de Emergencia en ese entonces, Piñera declaró que se hizo «por la grave alteración del orden público, a la violencia desatada y al hecho de que las Fuerzas de Orden y Seguridad estaban siendo superadas por la ola de violencia y el orden público no estaba siendo debidamente resguardado», apelando para ello a los saqueos e incendios en estaciones del Metro y edificios.
«Carabineros se vio superado por la violencia, porque no tenían la capacidad humana, ni material para asegurar el resguardo del orden público», agrega la declaración del Mandatario, quien aseguró que «siempre buscamos que las fuerzas de orden y seguridad resguardaran el orden público lo antes posible para restablecer la normalidad constitucional con pleno respeto por el Estado de Derecho y los DDHH».