La gobernación de la región de Coquimbo anunció la declaración de emergencia climática y medioambiental con la que inició un proceso de catastro para proteger los humedales costeros de las tres provincias, ante cualquier amenaza por eventuales proyectos en el sector.
La instrucción por parte de la mandataria regional, Krist Naranjo, tiene como objetivo impedir que se repitan situaciones que perjudiquen el ecosistema, ya que, a su juicio, el medioambiente requiere de medidas anticipadas, no de improvisación, ni mucho menos acciones tardías.
“Abrimos un proceso para posicionar con esta perspectiva a nuestra región, así como su desarrollo de la mano con la naturaleza hacia la sustentabilidad de las zonas de protección que ya existen y las que debemos crear, que son prioridad también por nuestra condición de crisis hídrica”, explicó, citada por Diario U de Chile.
En este sentido, Naranjo sostuvo que “con la declaración de emergencia climática y medioambiental, iniciamos un proceso de catastro de humedales costeros en las tres provincias, revisando la situación actual de cada uno, para luego iniciar gestiones para su preservación«.
De manera inicial, se identificaron 16 humedales en borde costero, tanto en zonas urbanas como rurales, de los cuales solo 5 cuentan con mecanismos de protección vigente, como son Salinas Chico, Salinas Grande y Quebrada Pachingo en Coquimbo; Huentelauquén, en Canela; y Conchalí, en Los Vilos.
Entre estos mecanismos de protección se encuentran la Ley de Humedales Urbanos, las figuras de Santuario de la Naturaleza, sitio RAMSAR y la declaración como Bien Nacional Protegido.
Por su parte, el Humedal Los Choros, en La Higuera, está proyectado como Santuario Natural La Boca, mientras que, en Ovalle, se proyecta la protección del Humedal Río Limarí, como parte del Parque Nacional Fray Jorge.
Entre los humedales que en la actualidad no cuentan con herramientas de preservación ni se proyectan iniciativas, figuran: Laguna Saladita y Río Elqui, en La Serena; Estero Culebrón, Laguna Adelaida y Estero Tongoy, en Coquimbo; La Cebada y El Teniente, en Ovalle; Estero Quilimarí y Pichidangui, en Los Vilos.
Hace unos días se dio a conocer el proceso para declarar oficialmente el humedal de la desembocadura del Río Elqui como un humedal urbano, para garantizar su conservación prístina e inalterable, evitando daños en estos sitios tan vitales para la biodiversidad.
El trámite está a cargo de la Secretaría Regional Ministerial (Seremi) de Medio Ambiente y podría durar hasta seis meses, además de que no es retroactiva, es decir, no impide que se pueda continuar con el proyecto inmobiliario de ISiete que amenaza al humedal, el cual contempla la instalación de dos torres de catorce pisos, 297 departamentos y 246 estacionamiento, con aproximadamente mil nuevos habitantes.
Estas medidas en defensa del ecosistema, responden a las presiones de los vecinos de La Serena y activistas ambientales para exigir a la empresa realizar un Estudio de Evaluación Ambiental, además de una solicitud realizada por la Municipalidad de La Serena, que emitió un oficio al Ministerio de Medio Ambiente.
En esta misma línea, se encuentran las peticiones de parte de la senadora Adriana Muñoz y del diputado Matías Walker para proteger este importante torrente de la Región de Coquimbo considerado “zona protegida”, debido a la importante y diversa presencia de flora y fauna nativa.
Conciencia ciudadana
Durante un operativo de limpieza en el Humedal El Culebrón, realizado este fin de semana, el alcalde de Coquimbo, Ali Manouchehri, resaltó que “tenemos que proteger nuestro humedal y generar conciencia en la gente de mantener lo que se está realizando”.
Por su parte, el coordinador de la Agrupación Conciencia Ecológica, Jorge Ramírez, manifestó que “la gente no quiere entender que esto no es un vertedero. Esto no es culpa del Estado, o del municipio, son las personas y en ese sentido quiero hacer un llamado a que la gente tome conciencia, de cambiar este paradigma que ha afectado tanto a nuestro medio ambiente”.