Por Jonatan Díaz Herrera, Licenciado en Seguridad y Defensa, miembro del Observatorio de Crisis, Secretario General del Partido Progresista.-
El cambio de ministro de salud no ha representado un cambio de estrategia para enfrentar la crisis del coronavirus. El miércoles 24 de junio fue anunciado un cordón sanitario para el Gran Concepción durante el fin de semana largo, lo que dista mucho de la propuesta de alcaldes y organizaciones de la Mesa Social Covid-19 de nuestra región, por una cuarentena digna, demanda plenamente justificada por los más de 5.464 casos reportados y un total oficial de 40 fallecidos ese día.
La movilidad en Concepción goza de total normalidad, es falso que en el centro de la ciudad se puede circular con un adecuado distanciamiento social, se mantiene un inútil toque de queda nocturno que mantiene los desplazamientos diurnos sin mayor control, mientras los contagios se multiplican exponencialmente, lo que es una contradicción si se pretende disminuir la curva de contagios y darle un respiro a la red asistencial de salud que el día de ayer reconoció estar funcionando a su capacidad total.
La ciudad con urgencia debe entrar en un funcionamiento mínimo, hay demasiadas empresas funcionando, proliferando los escenarios de contagio. Entre los lugares de trabajo, los desplazamientos y los hogares, la única manera de enfrentar esto es tomando medidas que no distingan entre enfermos y no enfermos, eso es llevar la cuarentena a un estricto aislamiento por un periodo de tiempo que ponga freno a la progresión de contagiados ahora, el cordón sanitario es insuficiente.
Esto implica decidir entre salvar vidas o mantener una economía regional agonizante. Una vez superada esta crisis llegará el momento del repunte económico local, pero este es el momento de salvar vidas, porque la economía se puede recuperar, la vida no y lamentablemente, para el gobierno la prioridad estuvo en la economía de las grandes empresas, por sobre la vida desde el comienzo de la pandemia.
En nuestra región hay ausencia de autoridad, ni el gobierno ni el Jefe de Defensa Nacional encargado del estado de catástrofe en nuestra región, han tomado medidas para enfrentar este momento, no hay condiciones objetivas para un confinamiento estricto, pero si la necesidad sanitaria de él, lo que obliga a prevenir con tiempo el día cero, de modo que las familias puedan prepararse para un confinamiento efectivo.
El contralmirante Carlos Huber, en su calidad de Jefe de la Defensa Nacional en la región, cuenta con las facultades de ordenar el acopio, almacenamiento o formación de reservas de alimentos, artículos y mercancías que se precisen para la atención y subsistencia de la población en la zona y controlar la entrada y salida de tales bienes y de determinar la distribución o utilización gratuita u onerosa de los bienes referidos para el mantenimiento y subsistencia de la población de la zona afectadas, como versa el decreto de su nombramiento (Decreto 104 y su extensión, Decreto 269, de 2020).
Hasta este momento, esta facultad no ha sido ejercida, pero es vital que se cumpla para ir en protección de las familias más vulnerables, ante un escenario de confinamiento efectivo. ¿Dónde está el alimento que asegura la subsistencia de la población?
El momento inevitable en que el Gran Concepción se deba paralizar por completo está por llegar, hacer o decir lo contrario, no solo es contraproducente, sino negligente e irresponsable. Es tiempo de que las autoridades comiencen a implementar medidas para una cuarentena digna y dejen de negar que este momento ya viene.