Vía Radio Universidad de Chile / “Spotlight” ganó el Óscar 2016 a Mejor Película. La cinta recordó la investigación de un grupo de periodistas de “The Boston Globe” que evidenció una serie de casos de abusos sexuales. Esto, remeció a la Iglesia Católica de Estados Unidos. En la ceremonia de premiación, uno de los productores, Michael Sugar, mandó un mensaje al Papa Francisco: “ha llegado la hora de proteger a los niños y restaurar la fe”.
Al cierre de la cinta se presenta una lista de lugares en todo el mundo donde también se revelaron estos casos. Nuestro país aparece citado 5 veces: Cottolengo, Maipú, Melipilla, Quilicura y Santiago.
Luego del escándalo por el Caso Karadima, la Conferencia Episcopal anunció en 2011 la creación del “Consejo nacional para la prevención de abusos contra menores de edad y acompañamiento a las víctimas”. Meses después entregó una lista oficial de sacerdotes condenados por abusos a menores.
El documento presentó 18 sancionados por la justicia penal o canónica. “Esto es una de las peores cosas que nos han pasado como Iglesia” reconoció el vocero de la Conferencia Episcopal, Jaime Coiro en noviembre de ese año.
Siete años después, los obispos chilenos viajaron al Vaticano para “examinar a fondo” las acusaciones contra Juan Barros.
Pero, ¿cuáles fueron esos otros casos que también marcaron la historia de esta crisis de la cúpula clerical?
En justicia penal chilena:
José Andrés Aguirre Ovarre, diocesano de Santiago.
Víctor Carrera Triviño, diocesano de Punta Arenas.
Jorge Galaz Espinoza, de la Obra Don Orione.
Juan Henríquez Zapata, diocesano de Valparaíso.
Jaime Low Cabeza, diocesano de Punta Arenas.
Marcelo Morales Márquez, de la congregación salesiana (condenado por producción y almacenamiento de pornografía).
Ricardo Muñoz Quinteros, diocesano de Melipilla.
José Miguel Narváez Valenzuela, diácono de Ancud.
Eduardo Olivares Martínez, diocesano de Valparaíso.
Juan Carlos Orellana Acuña, diocesano de San Felipe.
*Con sentencia canónica:
Gerardo Araujo Sarabia, franciscano peruano.
Jorge Baeza Ramírez, diocesano de Chillán.
Nibaldo Escalante Trigo, diocesano de La Serena.
Fernando Karadima Fariña, diocesano de Santiago.
Juan Miguel Leturia Mermod, de la Compañía de Jesús.
René Benavides Rives, diocesano de San Felipe.
José Román Zúñiga, diocesano de la preladura de Illapel.
Francisco Valenzuela Sanhueza, diocesano de San Felipe.
*Listado publicado en 2011 por el diario La Segunda
En junio de 2003, el 16º Juzgado del Crimen de Santiago condenó a José Andrés Aguirre, conocido como “cura Tato”, a doce años de presidio. La sentencia lo condenó “como autor de delitos reiterados de abusos deshonestos en la persona de 10 menores de edad y además como autor de delito de estupro reiterado en la persona de una de esas menores, hechos cometidos en la comuna de Quilicura, a partir del año 1998 y hasta el año 2002”. En lo civil se condenó al ex sacerdote al pago de 50 millones de pesos por concepto de indemnización.
El Cardenal Francisco Javier Errázuriz reaccionó a este emblemático caso: “la Iglesia quiere aprender de estos dolorosos hechos que la avergüenzan y a todos los que han sufrido por ellos, de corazón les pido su perdón”.
Pero el fallo también se refirió al rol del Arzobispado de Santiago: “no ejerció su deber de vigilancia sobre el sacerdote Aguirre y por ende tiene responsabilidad civil (…) Si el dependiente incurre en un ilícito, el superior deberá responder de los perjuicios por haber descuidado su propia obligación de cuidado o vigilancia”.
Errazuriz calificó el fallo como “inédito” al no existir jurisprudencia. En ese momento el Arzobispo de Santiago afirmó: “si un sacerdote roba, la responsabilidad es únicamente personal”.
El cura “Tato” estuvo 10 años encarcelado en Colina I y en noviembre de 2012 le rebajaron la condena en 24 meses por buena conducta y se fue a vivir con su padre a Santo Domingo. Falleció en 2013.
En agosto de 2006, el Tribunal Oral en lo Penal de Rancagua condenó a 15 años y un día de presidio al ex director del Pequeño Cottolengo de esa ciudad, Jorge Galaz Espinoza. El sacerdote fue condenado por los delitos de violación reiterada en contra de dos menores con deficiencia mental.
El director de la obra Don Orione en Chile, Roberto Simionato, señaló que Galaz seguiría en la institución, pero que se remitirían los antecedentes al Vaticano para que decida su situación.
En mayo de 2011, el Tribunal Oral en lo Penal de Melipilla condenó a diez años y un día de presidio efectivo al ex párroco de la iglesia Santa Teresita de Melipilla Ricardo Muñoz Quintero, de 56 años, por la explotación sexual de cuatro menores.
“He dañado a personas ciertamente que no debí haber dañado, por eso pido a la magistrado que me dé la oportunidad de educar a mis hijos” dijo Muñoz en el juicio.
Según se estableció en el juicio, el sacerdote se reunía con menores de entre 16 y 17 años, a quienes les pagaba dinero para que mantuvieran relaciones sexuales. Muñoz también recibió una pena de 541 días de cárcel por el delito de almacenamiento de material pornográfico infantil.
La “lista” en San Felipe
En diciembre de 2013, el Obispado de San Felipe informó que “en fallo definitivo e inapelable de un tribunal canónico de segunda instancia, la Iglesia ha confirmado la sentencia que condena al presbítero René Benavides Rives como culpable del delito de abuso sexual contra tres menores de edad”.
A través de una declaración pública, se informó que “el tribunal ha impuesto al sacerdote la pena expiatoria perpetua de expulsión del estado clerical, que es la máxima sanción dispuesta por el ordenamiento jurídico de la Iglesia. Esto significa que el señor Benavides no conserva el ejercicio del ministerio sacerdotal: no puede administrar sacramentos ni ejercer los derechos propios de dicho estado, como tampoco puede desarrollar otros encargos o actividades en parroquias, colegios u otras instituciones católicas”.
Benavides, ex sacerdote de la Iglesia Nuestra Señora de Fátima de Los Andes, fue acusado de haber cometido abusos contra menores en los años 90, pertenecientes a la comunidad religiosa de esa parroquia que dejó el año 2005.
El Tribunal Oral en lo Penal de la ciudad de San Felipe, y después de casi dos semanas de juicio oral, condenó en 2012 al ex sacerdote Francisco Valenzuela a la pena de 15 años y un día de presidio mayor en su grado máximo por los delitos de violación y abuso sexual reiterado en contra de una menor de 14 años. Además del pago indemnizatorio de $10.000.000 en favor de la misma menor.
El abogado querellante, José Villagrán, se refirió al contexto. “Señalé que había quedado muy claro que la Iglesia ocultaba estas conductas. Fueron demostrados en el juicio que la iglesia lo ocultó y desde ese punto de vista no solo obtuvimos una pena condenatoria, pena, indemnización, sino que también claridad y certeza” manifestó a las afueras del Tribunal.
“A quien mis hechos o palabras pudieran haber ofendido o causado daño, le pido sinceramente perdón”, afirmó en La Tercera el obispo de Temuco, Manuel Camilo Vial, luego de reconocer que había conocido con anterioridad las denuncias de abusos contra menores contra el ex párroco de Putaendo.
En 2011 se conoció la condena contra el sacerdote de Limache Juan Henríquez Zapata: tres años de pena remitida. El sacerdote se desempeñaba en la parroquia “Nuestra Señora de Lourdes” de Limache, donde en abril del 2008 ofreció dinero a un menor de edad a cambio de servicios sexuales.
La lectura de la sentencia se realizó en el Tribunal Oral en lo Penal de Quillota. A través de una declaración pública el obispado de Valparaíso manifestó la disposición a colaborar. Desde el 26 de marzo de 2010 Zapata fue separado de todo cargo y responsabilidad eclesial. También se le prohibió el ejercicio público y privado de todos los actos propios del ministerio sacerdotal.
El año pasado, el 14° Juzgado de Garantía de Santiago de Chile declaró culpable de abuso sexual al sacerdote y ex vicerrector del Santuario Nacional de Maipú, Rodrigo Gajardo.
Según informó Radio Bío Bío, el sacerdote reconoció su responsabilidad en el hecho y fue condenado a la pena de “61 días de presidio menor en su grado mínimo y a la suspensión de cargo u oficio público durante el tiempo de la condena”.
El hecho ocurrió entre julio de 2008 y 2009, cuando el menor “se encontraba pernoctando en el interior de la casa de la juventud del Santuario de Schoenstatt, ubicado en Vicente Valdés N° 346, comuna de La Florida”.
En esa instancia, la Comunidad de los Padres de Schoenstatt manifestó que “lamenta profundamente los hechos ocurridos y pide perdón a la víctima y a su familia”. Confirmando que lo apartó del trabajo con menores de edad apenas se supo de esta acusación.
Finalmente, en enero de este año, la organización estadounidense Bishop Accountability, presentó un listado con 78 nombres del credo en nuestro país vinculados a acusaciones de abuso sexual o violación de menores.
Según advierte la organización, cuarenta y cinco fueron condenados por la justicia civil o canónica y, entre ellos, treinta y cuatro tienen como víctimas a menores de edad. Las indagatorias más recientes están vinculadas a la congregación marista.
El grupo recopila información en todo el mundo respecto de miembros de la Iglesia Católica relacionados con estos casos.
Días antes de la visita del Papa a Chile, la representante de la organización, Anne Barrett-Doyle, dijo que el obispo Barros “debería salir, pero no tenemos esperanza de que eso ocurra”.
La lista que se encuentra publicada en el sitio web de la organización y la puedes revisar aquí.