El Cuarto Tribunal Oral en lo Penal de Santiago declaró culpables del delito de asociación ilícita para cometer el tráfico ilícito de migrantes agravado, a 9 personas que formaban parte de una red que logró ingresar a más de 100 personas al país.
En esta causa, que comenzó su juicio oral en agosto de 2023, la sede de la Región Metropolitana del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) actuó como querellante.
En tanto, la investigación fue dirigida por la fiscal de alta complejidad de la Fiscalía Centro Norte, Carolina Suazo.
Los hechos
Según se acreditó ante el tribunal, a partir de febrero de 2021 los acusados integraron esta red que logró el ingreso por pasos no habilitados de personas provenientes en su mayoría de Venezuela.
W.C.A. y M.M.M., los líderes, recibieron veredicto condenatorio por asociación ilícita y por siete delitos reiterados de tráfico ilícito de migrantes agravados.
A otros tres miembros, el tribunal los declaró culpables de tres delitos agravados y reiterados de tráfico ilícito de migrantes. Son J.B.T., P.G.R. y D.A.R.
En tanto, R.H.C. y E.R.F. recibieron un veredicto culpable por dos delitos de tráfico ilícito de migrantes.
También, a J.N.M. y A.A.M. el tribunal los declaró culpables de un delito de tráfico ilícito de migrantes.
El tribunal fijó para el 26 de enero, a las 13 horas, la lectura de la sentencia. En el lapso que media hasta esa fecha también resolvió decretar la prisión preventiva de tres acusados que se encontraban en libertad.
Hechos acreditados
En el juicio, se acreditó que el grupo actuó de manera organizada, facilitando el ingreso de personas que debían pagar por este proceso.
Así, se elaboró un sistema de cobros que se coordinó desde Santiago. Familiares de las víctimas que se encontraban en la capital debían realizar los pagos. Lo podían hacer con dinero en efectivo o transferencias bancarias, en pesos o en dólares.
El viaje terminaba en la comuna de Estación Central e involucraba múltiples riesgos, entre ellos las bajas temperaturas del altiplano. Además, el recorrido incluía el paso de migrantes por “casas de seguridad”, “refugios” u hostales clandestinos.
En dichos sitios las víctimas debían esperar hacinadas en medio de la emergencia sanitaria. Si no acreditaban el pago, las mantenían en estas casas de seguridad, que se ubicaban en Colchane o Pozo Almonte.
Sólo cuando se verificaba el pago a la organización criminal podían proseguir la travesía rumbo a Santiago.
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