Desaparición forzada en dictadura: Suprema confirma indemnización a hijo de militante del MIR y dirigente campesino

La Corte Suprema rechazó re confirmó la sentencia que condenó al Fisco a pagar una indemnización de $40.000.000 por concepto de daño moral al hijo de Anselmo Antonio Cancino Aravena, quien fue detenido ilegalmente en diciembre de 1973 en Cauquenes y llevado a la Escuela de Artillería de Linares, desde donde desapareció hasta la fecha.

Desaparición forzada en dictadura: Suprema confirma indemnización a hijo de militante del MIR y dirigente campesino

Autor: El Ciudadano

La Corte Suprema dictó sentencia sobre un caso de desaparición forzada registrado durante la dictadura de Augusto Pinochet.

El máximo tribunal del país rechazó un recurso de casación y confirmó la sentencia que condenó al Fisco a pagar una indemnización de $40.000.000 por concepto de daño moral, a Anselmo Cancino Sepúlveda, hijo del militante del Movimiento Campesino Revolucionario (MIR) y dirigente campesino, Anselmo Antonio Cancino Aravena, quien fue detenido ilegalmente el 8 de diciembre de 1973 en Cauquenes, Región del Maule, por una patrulla militar que lo trasladó a la Escuela de Artillería de Linares, recinto castrense del cual fue sacado el 12 de enero de 1974, junto a otros detenidos, fecha desde la cual se desconoce su paradero.

En fallo unánime (causa rol 2.956-2022), la Segunda Sala del máximo tribunal –integrada por los ministros Manuel Antonio Valderrama, Leopoldo Llanos, la ministra María Cristina Gajardo, la abogada (i) Pía Tavolari y el abogado (i) Eduardo Gandulfo– descartó error en la valoración de la prueba y en la determinación del monto indemnizatorio, consignó el Poder Judicial.

Desaparición forzada de Anselmo Antonio Cancino Aravena

De acuerdo con los antecedentes, Anselmo Antonio Cancino Aravena, de 25 años (a la época de los hechos), obrero agrícola, presidente del Movimiento Campesino Revolucionario y militante del MIR fue detenido ilegítimamente el 8 de diciembre de 1973, en Cauquenes, sin proceso judicial pendiente alguno,
por una patrulla militar que lo trasladó a la Escuela de Artillería de Linares y el 12 de enero de 1974 fue sacado de ese lugar, junto a otros detenidos, perdiéndose todo rastro suyo hasta la fecha. «Sin que esta persona, ilegítimamente privada de libertad, haya tomado contacto con sus familiares, realizando gestiones administrativas ante organismos del Estado, sin registrar entradas o salidas del país, sin que conste, tampoco, su defunción».

En el fallo de primera instancia, Anselmo Cancino Sepúlveda, relató que su madre y pareja del dirigente campesino, Silvia Sepúlveda, confirmó su estado de embarazo inmediatamente después del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.

Posteriormente, su padre, junto a su madre, quien era secretaria general del Sindicato Obrero Agrícola
«Luciano Cruz», por sus actividades políticas fueron declarados prófugos siendo requeridos en inmediata
captura a pretexto que huían con abundante armamento y municiones.

Cancino Aravena propuso a su compañera que se entregara debido a su estado. Silvia Sepúlveda se entregó el 22 de septiembre de 1973 y estuvo 58 días incomunicada en la Escuela de Artillería de Linares donde fue brutalmente torturada y sufrió vejaciones y golpes en su vientre.

Según la resolución, solo se dirigían a ella para preguntarle por el paradero de su pareja, situación que se mantuvo hasta la que se concretó la detención del dirigente del MIR en la misma Escuela de Artillera de Linares en diciembre del mismo 1973, desapareciendo desde enero de 1974 hasta la fecha.

Anselmo Cancino Sepúlveda señaló que al anunciarse su nacimiento, su madre fue trasladada en un jeep militar al Hospital de Linares, donde dio a luz bajo la presencia militar fuera del pabellón. Después del parto, su madre volvió con él a la cárcel, donde fue cuidado por ella y varias de las demás reclusas políticas-.

Luego de que él cumpliera 9 meses de vida, su madre fue dejada en libertad condicional, por lo que se fueron a vivir al campo en el Fundo Santa Marta en Peñuelas, en la Comuna de Yerbas Buenas.

De esta manera, indicó que resulta evidente que todo el proyecto de familia que habían forjado sus padres, Anselmo Antonio Cancino Aravena y Silvia Sepúlveda, «se vio destruido sin remedio y en
forma violenta por acción de terceros», durante la dictadura de Pinochet.


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