Eduardo González Navarro, 1ºVicepresidente Colegio de Profesores, Militante del Movimiento por la Unidad Docente
Las escuelas del país celebran el día de la y el profesor en Chile. Esta significativa fecha se da, este año, en un particular contexto que nos impone la tarea de celebrar hoy más que nunca con memoria histórica.
El día del profesor/a fue instaurado en nuestro país el 11 de septiembre de 1943, siendo Presidente de la República Juan Antonio Ríos. La fecha recordaba el fallecimiento de Domingo Faustino Sarmiento, fundador de la Escuela Normal.
Del 11 de septiembre, se pasó al 10 de septiembre como fecha oficial de celebración del profesorado. Esto ocurrió en 1974. La nueva fecha aludía al día en que Gabriela Mistral recibió el Premio Nobel de Literatura, en el año 1945.
Finalmente, llegamos a la fecha actual, 16 de octubre. Creada por la Dictadura Militar, en el año 1977, el día coincide con la creación del Colegio de Profesores de Chile, forma organizativa que se impuso al profesorado nacional luego que la dictadura disolviera al Sindicato Único de Trabajadores de la Educación (SUTE) fundado poco antes del ascenso de Allende al gobierno y que expresaba la voluntad unitaria, progresista y democrática de las y los trabajadores de la educación.
El día 16 de octubre, por tanto, es una fecha impuesta. No es el resultado de la voluntad democrática ni del país ni menos del magisterio.
En una sociedad en donde el legado de la dictadura militar carece de legitimidad, pero sigue vigente, y donde el pueblo ha expresado su clara voluntad de construir un Chile pos neoliberal, se torna un deber ético cambiar la fecha de celebración del profesor por una que nos represente y que sea definida participativamente por el conjunto del magisterio. La nueva Constitución que debe consagrar la destitución del viejo orden y sentar las bases de una educación como derecho social, deberá estar aparejada también de desprendernos de todos los símbolos de la dictadura.
Que el año 2022 sea el año en que la nueva fecha de la justa y necesaria celebración sea aquella que represente la nueva educación y el nuevo Chile, en donde no solo nos celebremos como profesores, sino que a todos aquellos que construimos comunidad educativa.
¡Que vivan las y los profesores, pero que vivan bien!