Con diez votos a favor, dos en contra y una abstención, la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso aprobó, este miércoles, el acuerdo del Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico, más conocido por la sigla TPP-11.
El debate fue llevado a cabo a solo un día de que el Gobierno pusiera suma urgencia al proyecto para que así sea despachado durante enero, es decir, justo antes del receso del período legislativo.
La comisión, encabezada por el diputado de Revolución Democrática, Pablo Vidal, contó con la presencia del Ministro de Relaciones Exteriores, Roberto Ampuero, quien defendió la propuesta del TPP-11 y se mostró a favor de la rapidez en su tramitación. En parte de la sesión, incluso, apresuró la votación y dijo que podría recibir por escrito la justificación de cada voto.
Luego de conocerse el resultado y el avance del tratado a la Comisión de Hacienda, el ministró expresó su conformidad a la prensa y recordó que los países que integran el TPP-11 representan a más de 500 millones de habitantes y el 12 por ciento del comercio mundial.
“Se trata de un tratado de nuevo tipo porque incorpora elementos que tienen que ver con medio ambiente, la posición de la mujer, la sensibilidad frente a los pueblos indígenas y zonas remotas, y también elementos que tienen que ver con la lucha en contra de la corrupción”, aseguró el ministro.
A la Comisión asistió la diputada del Partido Socialista, Emilia Nuyado, quien utilizó sus minutos para hacer hincapié sobre las consecuencias que el TPP-11 tendría, por ejemplo, para los guardianes de semillas de las comunidades indígenas.
Por su parte, el senador de Revolución Democrática, Juan Ignacio Latorre, también mostró su descontento con el proyecto, criticando el secretismo de su tramitación y la falta de debate ciudadano sobre el tema.
“Se quiere pasar un proyecto sin debate, sin que la gente se entere, pronto a salir de vacaciones. Creo que es un intento de pasar un gol a Chile, no solo al parlamento, sino a la ciudadanía. Es una estrategia no presentarlo en marzo, donde se pueden abrir más debates”, enfatizó el legislador.
Este tratado, que se gestó a finales del 2015 con el liderazgo de Estados Unidos, fue ingresado a Chile bajo una cláusula de secretismo -puesta al descubierto por WikiLeaks- en febrero del 2016 y casi en similares circunstancias que las de hoy.
Posteriormente, Donald Trump retiró a su nación del tratado en el 2017 y desde entonces -aseguró el ministro Ampuero- las clausulas sobre la propiedad intelectual que impusieron ellos y que afectarían al comercio de medicamentos genéricos, ya no estarían vigentes en el actual tratado.
A fines del 2018, sin embargo, en una de las pocas oportunidades en las que se ha dado voz a las organizaciones en este debate, la Fundación Equidad explicó ante la Comisión de Relaciones Exteriores que debido al TLC que se tiene actualmente con Estados Unidos, ellos mantienen el monopolio del Nusinersen, por ejemplo, usado para la atrofia muscular espinal.
Además de esto, los representantes de Equidad advirtieron que, aunque con la salida de Estados Unidos se eliminan algunas cláusulas de propiedad intelectual de medicamentos, otras, como la prohibición del ingreso de algunos medicamentos genéricos, siguen vigentes.
Algunas de las consecuencias de este tratado, compuesto por más de 900 páginas, tienen que ver también con la facultad de los inversores a impugnar las leyes nacionales, además de revisiones periódicas a las políticas de los países miembros.
Hay que destacar también que el ministro Ampuero recordó que el controvertido tratado fue gestado durante el gobierno de Michelle Bachelet. Sobre este detalle, el senador Latorre aseguró que, tanto los representantes de derecha como de centro izquierda no estuvieron dispuestos a abrir el debate y a informar de lo perjudicial de un acuerdo que, con Chile, sumaría oficialmente a ocho naciones adscritas.
Vía Diario y Radio Universidad de Chile