No todo en la política es desalentador y sospechoso, nuestros congresistas a veces también tienen destellos de creatividad que decantan en iniciativas que hasta dan risa. Hoy por ejemplo, un grupo de parlamentarios de la nueva mayoría presentaron un proyecto que sancionará a quienes ocupen audífonos en la vía pública. Sí, audífonos conectados a un aparato de reproductor musical.
Los autores Loreto Carvajal (PPD), Daniel Farcas (PPD), y Jenny Álvarez (PS) crearon este proyecto que sancionará a “quienes transiten por calles, cruces o ciclovías con audífonos o auriculares vinculados a dispositivos reproductores de audio”. Esto en respuesta a la preocupación de los legisladores por los riesgos a los que los peatones se exponen.Farcas alude a los índices que dan cuenta de la elevada tasa de peatones fallecidos en comparación con los demás miembros de la OCDE. “En los últimos cinco años fallecieron 3.024 peatones en accidentes de tránsito y más de 42 mil resultaron lesionados»… pero ¿es eso culpa de los audífonos?
Claramente Santiago y las grandes ciudades están plagadas de autos y muchos de los conductores dan la impresión de no saber las reglas para conducir y respetar a los peatones y ciclistas…eso es cuento viejo. Sumado a la saturada plaza de vehículos, tenemos un sistema de transporte público que muy lejos de encantar, tiene hasta más arriba de la coronilla a los citadinos. Quienes muchas veces, ante la posibilidad de caminar a sus lugares de trabajo o estudio, o en el trayecto de sus casas al metro o los paraderos de micro, enchufan música a sus oídos para hacer frente a la contaminación acústica de tanto conductor tocando la bocina.
Entonces, los viajes se hacen más amenos y la música de cada uno es el mejoral para una rutina que se jode un poco más con los trayectos de ida y vuelta a los laburos. ¿Por qué entonces aplicar sanciones y multas por acto tan inofensivo? ¿Acaso las dietas parlamentarias no dan para a una reflexión mejor que derive en estrategias no represivas y que si contribuyan a educar y concientizar sobre reglas de urbanidad?
Como diría una amiga mía, “la dictadura nos caló hondo” e incluso cuando las ideas son pensadas para el bien común, salen con un chistecito que podría terminar aguándonos la fiesta e iniciativas que caen en la repulsiva inyección de miedo como prevención. La diputada Álvarez dice que no quiere que sigamos lamentando muertes por culpa de esos “aparatos”, pero me atrevo –desde aquí de la vereda, de mi lugar de peatón- a decirle que deben existir otras medidas que no impliquen sacarnos los audífonos en la calle. Pues si empezamos con eso, quizá como terminaremos.
Los accidentes de tránsito y los atropellos deben disminuir con políticas claras que aporten a la consciencia y la educación. Pero con medidas acorde a los tiempos, la letra con sangre no entra y menos cuando las reglas de unos pocos perjudican a los más.