Por María José Lucero – Vía Mapuexpress / A lo largo de los siglos, las políticas genocidas contra el pueblo mapuche han variado en forma e intensidad.[1] A 46 años del golpe militar en Chile, todavía abundan los casos de violaciones a los derechos humanos que siguen impunes y en el olvido.
Bastante se ha hablado sobre las desapariciones forzadas de las dictaduras militares en Chile, en Argentina y, casi de manera general, en el Cono Sur de Latinoamérica, pero sin hacer mención a los detenidos desaparecidos pertenecientes a pueblos originarios y, en específico, pertenecientes al pueblo Mapuche.
Durante la dictadura militar que ocurrió en Chile (1973-1989) y la última ocurrida en Argentina (1976-1983), se presentaron numerosos casos de violaciones a los derechos humanos: hombres y mujeres fueron encarceladxs, exiliadxs, torturadxs y desaparecidxs. Entre las víctimas desaparecidas mediante el monopolio de la violencia estatal, existen casos de personas pertenecientes al pueblo mapuche, pero sus identidades mapuche han sido negadas a lo largo de la historia y sus memorias subalternizadas.
La organización política de los sectores de izquierda está asociada principalmente a intelectuales y estudiantes con una trayectoria política reconocida. Sin embargo, se invisibilizan y desconocen las identidades de personas mapuche que también tuvieron una incidencia política importante dentro de sus comunidades u organizaciones antes y durante las dictaduras militares.
En este sentido, tanto en Chile como en Argentina, muchas personas mapuche se adhirieron estratégicamente a sectores campesinos, revolucionarios o de izquierda para sus propios intereses o reivindicaciones políticas, principalmente relacionados con la recuperación de sus territorios ancestrales.
Como consecuencia, luego de los golpes de estado, en ambos lados de la cordillera lxs mapuche fueron perseguidxs, siendo víctimas de represión, detenciones, secuestros, torturas, asesinatos y desapariciones forzadas por medio de agentes estatales e, incluso, por medio de personas particulares y civiles latifundistas.
Asimismo, también se presentaron casos de ejecuciones y desapariciones forzadas a personas mapuche que no tuvieron participación política demostrada o conocida. Por ejemplo, en el Gulumapu, muchos de los lamgen desaparecidos no tuvieron participación ni militancia política antes del golpe, al igual que sus familiares sobrevivientes, quienes fueron hostigados, acosados y violentados constantemente por elementos estatales con la intención de causar terror al interior de las familias y de las comunidades.
Aquí, el rol ulterior que cumplieron algunas mujeres de las familias se centró principalmente en la búsqueda de sus familiares, en el sustento económico y en la búsqueda de justicia, convirtiéndose en actoras sociales y políticas. A pesar de ello, la violencia no acabó allí, sino que recién comenzó para muchas de estas mujeres, cuando comenzaron a ser acosadas, hostigadas, golpeadas e insultadas por parte de militares y carabineros.
El Centro de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos (CINPRODH) de Temuko, estima que hay 171 víctimas mapuche y no mapuche en la región de La Araucanía. Del total de víctimas, 51 eran de origen mapuche: 20 ejecutados políticos y 31 detenidos desaparecidos.[2]
Respecto a la parte argentina, no hay datos ni cifras que estimen la cantidad de desaparecidos mapuche durante la última dictadura militar. Sin embargo, se conocen tres casos: Juan Raúl Pichulmán, José Francisco Pichulmán, y Celestino Aigo, todos con participación militante reconocida, centradas en la recuperación territorial de sus comunidades y pertenecientes a comunidades cercanas a la provincia de Neuquén.
En este sentido, bastante se habla sobre lo ocurrido en la época de la dictadura militar, pero todavía existe una deuda ante el silencio al que han estado sujetas las memorias de los mapuche perseguidos, ejecutados y desaparecidos en esa etapa de la historia.
La lamgen Alina Rodenkirchen sostiene que la violencia colonial del Estado chileno hacia el pueblo mapuche estuvo presente en la dictadura militar, pero también durante los años previos al golpe de estado, cuando los gobiernos de izquierda y los grupos políticos revolucionarios, invisibilizaron a las personas mapuche.
Durante la formación del Estado y la nación, tanto el Estado chileno como argentino estuvieron ‘de la mano contra el indio’ [3] para desposeer a los mapuche de sus tierras comunitarias, tomar posesión de las fronteras y aniquilar al pueblo mapuche por medio de proyectos genocidas. En este contexto, las dictaduras militares se presentan como uno de los tantos episodios de violencia que ha vivido el pueblo mapuche a lo largo de los procesos de colonización impulsados por los estados nacionales de Chile y Argentina. De modo que la represión militar durante el período dictatorial significó un continuum de la violencia colonial contra el pueblo mapuche en ambos lados de la cordillera.
Es cierto que la extrema violencia utilizada por las juntas militares en ambos países no estuvo específicamente dirigida a los pueblos originarios, como tampoco la desaparición forzada representó una estrategia de terrorismo de estado de manera exclusiva contra el pueblo mapuche. Pero, en ambas vertientes cordilleranas las comunidades mapuche experimentaron las consecuencias de las desapariciones forzadas como parte de un proyecto profundamente racista y genocida, por lo que aunque no haya afectado directa ni exclusivamente al pueblo mapuche, sí ha tenido efectos racializantes [4] que reproducen la estigmatización y el olvido en la historia y memoria del pueblo Mapuche.
Referencias
[1] Diana Lenton (2018), “De genocidio en genocidio. Notas sobre el registro de la represión a la militancia indígena”, Revista de Estudios sobre Genocidio, Centro de Estudios sobre Genocidio de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, vol. 13, pp. 47-61.
[2] Curiñir, Hernán (2016), Informe final trabajo de investigación de ejecutados y desaparecidos, 1973-1990, pertenecientes a la Nación Mapuche, Asociación de Investigación y Desarrollo Mapuche, Instituto Nacional de Derechos Humanos, Unión Europea.
[3] Jorge Pinto (2003), La formación del Estado y la nación y el pueblo mapuche, Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos.
[4] “Las múltiples ausencias de los indígenas desaparecidos en México” (2019), por Aída Hernández Castillo, A dónde van los desaparecidos, disponible en https://adondevanlosdesaparecidos.org