El «autoenchulamiento» de Carabineros

"Hemos sido informados, casi al pasar, que Carabineros de Chile ha avanzado un 23% en su propia reforma. Es decir, parece que alguien decidió que Carabineros se mantiene como Institución y solo necesita una reforma planificada y llevada a cabo por y dentro de la misma..."

El «autoenchulamiento» de Carabineros

Autor: Absalón Opazo

Por Heraldo Povea Pacci / Junio 2021

Hemos sido informados, casi al pasar, que Carabineros de Chile ha avanzado un 23% en su propia reforma. Es decir, parece que alguien decidió que Carabineros se mantiene como institución y solo necesita una reforma planificada y llevada a cabo por y dentro de la misma. Al parecer ya tiene una hoja de ruta y quizás alguna comisión u organismo que ha determinado como se desarrollará ese proceso.

Las propuestas que se han planteado por varias personas y por instituciones de variado tipo, interesadas en aportar a la tarea de determinar policías adecuadas para nuestro país en las actuales circunstancias, han coincidido en realizar una refundación mas allá de una simple reforma o modificación de las actuales. Se ha planteado crear un nuevo cuerpo policial tras eliminar la institución de Carabineros de Chile y al parecer tales planteamientos han sido ignorados, ninguneados o simplemente discriminados negativamente. No ha habido siquiera un intento de efectuar una discusión transparente y ante la nación respecto a tales alternativas.

La verdad es que una organización policial cubriendo todo el país y con el monopolio de la fuerza, no puede repensarse en forma unilateral y sin ninguna participación del Pueblo de Chile. Los atropellos a los DDHH que han caracterizado el accionar de Carabineros no solamente en los últimos 40 años, sino a lo largo de su historia en su rol como feroz organismo represor contra las expresiones de descontento popular, obligan a evaluar este organismo rigurosamente en el contexto de una nueva Constitución.

Con un proceso constituyente en marcha resultaría un sin sentido y claramente una irresponsabilidad política el excluir de la discusión constitucional todo lo referente a la incorporación en el orden institucional de la Patria, de un sistema policial acorde con los principios y conceptos con que la Convención Constituyente defina construir nuestra Carta Magna.

Es por tanto una provocación para todos los que nos hemos comprometido con luchar por una nueva era y una nueva Constitución para una Patria emergente, el pretender excluir de su ámbito de discusión lo relativo a su sistema policial. Es evidente que la motivación para establecer una reforma desde adentro y a puertas cerradas, es evitar cambios sustanciales en un cuerpo institucional, corroído por las mas abyecta de las corrupciones, salpicada del sufrimiento sostenido de miles de víctimas de tortura, violencia y asesinatos que en su mayoría resultan impunes, y que además muestra nulos resultados en el cumplimiento de su función policial.

La colusión entre el Gobierno de Piñera , la Derecha y los sectores empresariales es evidente cuando se analizan las posturas y declaraciones de estas instancias en relación al destino de Carabineros de Chile. Es claro que el nuevo Chile que surja desde el proceso constituyente no puede contar con una policía uniformada formada en la discriminación política, racial, social y de género que hemos visto en los últimos años, y particularmente durante la represión a las multitudes que fueron parte del despertar de Chile.

Es claro además que un nuevo Chile verdaderamente democrático, que albergue a las grandes mayorías de la Patria, no puede incluir un cuerpo pretoriano formado y dirigido para proteger los intereses de los poderosos y las grandes empresas transnacionales La impunidad que se respira en toda acción legal contra Carabineros es un factor permanente de humillación popular, y sin lugar a dudas ha sido uno de los factores centrales en el desencadenamiento de la revuelta de Octubre y aún constituye un elemento de descontento y amargura.

Desde que la nación tomó conciencia de la necesidad de un nuevo cuerpo policial, el consenso popular se ha centrado en los siguientes conceptos fundacionales de una nueva policía:

  1. Disolución del Cuerpo de Carabineros en su totalidad y de acuerdo a un plan gradual preparado y controlado por un órgano civil apropiado del Estado.
  2. Terminar con una concepción militarizada de la acción policial.
  3. Expulsión con degradación deshonrosa y sin beneficios a todo funcionario(a) que haya sido condenado(a) por actividades represivas, violación a los DDHH y haber sido parte de corrupción de cualquier tipo.
  4. No incluir en la nueva estructura policial a ningún exfuncionario(a) que haya participado de actividades represivas de Carabineros de Chile.
  5. Establecer el concepto de policía comunitaria y territorial, con énfasis en educación y prevención del delito, con actividades estrechamente vinculadas a las organizaciones sociales del territorio.
  6. Participación de la comunidad en los procesos evaluativos de las o los funcionarios desempeñándose en su territorio.
  7. Escalafón único en la institución. Término de formación funcionaria de elite.
  8. Formación universitaria tras el establecimiento de una carrera profesional específica, que incluya formación en humanidades, pedagogía, psicología y salud, además de los fundamentos de un desempeño policial moderno basado en experiencias exitosas internacionales.
  9. Selección de postulantes de acuerdo a criterios habituales para una carrera universitaria, incluyendo evaluaciones psicológicas.
  10. Remuneraciones de acuerdo a la formación exigida para los funcionarios del cuerpo policial.

El contexto social, cultural, económico y tecnológico de la época en que se creó Carabineros de Chile dista mucho de lo actual y la institución no ha sido lo suficientemente diligente para mantener sus estructuras y funcionamiento de acuerdo a la marcha del país. Si en una época se consideró apropiado ceder el poder de las armas y una autoridad represiva a funcionarios con mínima educación o incapaces de acceder a educación universitaria, regidos por criterios militares y jerarquización ciega, ello evidentemente no corresponde a la ciudadanía que habita Chile actualmente. La rebelión de Octubre 2019 ha demostrado, entre otras cosas, que el pueblo chileno no está dispuesto a aceptar abusos ni tropelías solo porque gente uniformada lo exige. Los niveles educacionales son suficientes en los chilenos como para darse cuenta que existen Derechos Humanos y que el país debe funcionar como una sociedad de Derechos y no de imposiciones o regidos por un modelo nefasto de relaciones comerciales y humanas.

Las comunidades en los territorios han aprendido el valor y la fuerza que la organización territorial puede tener, tanto en sus relaciones con el Estado, como para las resoluciones de sus problemas locales, incluidos los relacionados al orden y seguridad.

La cultura de la impunidad desarrollada en Carabineros de Chile, su sentido de pandilla gansteril que se ha confirmado con el trato dado a los prisioneros de la revuelta, su comprobado mal uso del poder entregado por el Estado y el Gobierno, y el convencimiento tácito del encubrimiento institucional a todo nivel, debe obligar al proceso constituyente a intervenir en la creación de una nueva policía. Ésta debiera ser al menos, estrechamente ligada a la comunidad y sus organizaciones de base, con funcionarios seleccionados rigurosamente para el servicio de la gente en sus particulares realidades sociales, culturales y económicas y bajo un control coordinado entre las organizaciones en los territorios y los gobiernos locales.

El ejemplo de las argumentaciones dadas al crearse la policía actual británica en el siglo 19, puede servir como razonamientos iniciales para gestar un nuevo cuerpo policial para el nuevo Chile. La policía actual en el Reino Unido nace formalmente a comienzos del siglo 19, fundada en nueve principios, todos ellos centrados en un acuerdo con la población. En esos principios se habla de que la población, el pueblo, CONSCIENTE, acepta, que una parte de ellos mismos asuma la tarea de mantener un orden en la sociedad, pero ello sobre el entendimiento que la policía es el pueblo con uniforme (Principio 2).

La policía nace para prevenir el crimen y no para reprimir (Principio 1) y en su actuar debe demostrar y buscar siempre el respeto, interés y deseo de la población para cooperar con su accionar (Principio 3) siendo esto la garantía de poder realizar su labor (Principio 4). En su actuar, la policía debe demostrar su permanente imparcialidad y una relación decorosa, amigable y respetuosa con el publico, sea cual sea la situación en particular. (Principio 5).

El uso de la fuerza es siempre el ultimo resorte para cumplir su labor policial y esta siempre debe ser la mínima necesaria para obtener su objetivo (Principio 6). Se impulsa la mantención permanente de una relación con el publico que expresa la idea central de su existencia, en el sentido que la policía es el pueblo y el pueblo es la policía (Principio 7). Esto significa evidentemente la abstención por parte de la policía de actuar con prejuicios y puntos de vista mas allá de lo establecido por el publico y los poderes del Estado (Principio 8). Por último, considerar siempre que el test de su buena función es la ausencia del delito y no la presencia visible de la acción policiaca en el combate contra ello (Principio 9).

La acción policíaca es entonces respaldada por la población, no por miedo, sino como consecuencia de una cooperación permanente y de aceptación por el publico de que una parte de el debe tomar ese rol en la sociedad.


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