El Salón de Honor de la Universidad de Chile quedó pequeño en la mañana de hoy para acoger a los centenares de académicos, estudiantes y funcionarios que quisieron escuchar la charla que la directora del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), Lorena Fríes, ofreció en motivo del Día Internacional de la Mujer.
El tema que abordó Fríes, “Derechos de las mujeres en la Nueva Constitución Política”, se encuentra en este momento al centro de la agenda política y mediática, y hoy quedó demostrado que la opinión pública no quiere estar al margen del debate, por lo menos, los estudiantes universitarios.
Fríes resaltó el papel “protagónico” de la mujer en el proceso constituyente que recién empezó en Chile y de la “enorme oportunidad” que representan para las mujeres tanto el camino hacia la nueva Carta Fundamental como el contenido de la misma.
Sobre los desafíos del proceso constituyente, probablemente la parte más contundente del discurso de la responsable del INDH, ésta afirmó que, en su opinión, “el mecanismo más representativo y más democrático es la Asamblea Constituyente” aunque reconoció que “la actual constitución limita al máximo esta pretensión”.
Su apuesta es por un proceso «amplio, participativo y de gran legitimidad” y aseguró que, para el INDH, “la representación de intereses territoriales, la transparencia y el acceso a la información, y la paridad de voto se erigen en principios irrenunciables del proceso”.
En este sentido, la directora criticó que sólo haya tres mujeres entre los 15 miembros del Consejo Ciudadano Observador, que tiene como fin velar por el buen desarrollo del proceso. “Es una señal de alerta”, espetó. Algo que, en su opinión, “no puede replicarse y no debiéramos aceptarlo en un espacio como este”.
Según Fríes, “la presencia de las mujeres debe ser contemplada como un una condición de legitimidad esencial en el proceso” y afirmó que esto debe cumplirse “tanto en los diálogos ciudadanos a nivel comunal, provincial y regional, como en el mecanismo que finalmente se elija para el cambio”. Y añadió: “El debate constitucional no será democrático si sólo participan hombres, académicos y de preferencia abogados”.
Igualdad jurídica, autonomía y diversidad, imprescindibles
Tres principios son esenciales, para la directora, en el nuevo texto porque “está claro que la neutralidad de las normas y el minimalismo normativo dejan demasiado espacio para la reproducción de la desigualdad”. En primer lugar, la igualdad jurídica que, dijo, “debiera traducirse en el ámbito de la participación política, la representación paritaria de hombres y mujeres en todas las funciones del estado -en organismos de control, en cargos públicos-, en partidos políticos, en la corresponsabilidad en las tareas domésticas del ámbito familiar, en el campo laboral garantizando igual remuneración por el trabajo de igual valor, y en el reconocimiento formal del trabajo doméstico, su valoración como trabajo productivo y el derecho a la seguridad social de quienes lo ejercen”.
Además, Fríes mencionó el principio de “autonomía” que pasa por “el derecho de las mujeres a tomar decisiones libres y responsables sobre su vida sexual y reproductiva, y el derecho a vivir una vida libre de violencia”, así como el de “diversidad”, que debe ser “reconocida normativamente y debe considerar los mecanismos que garanticen el ejercicio efectivo de los derechos”.
La expositora emplazó a los movimientos de mujeres a “volcarse de lleno en esta tarea”, a dejar de lado “el debate de quién representa a quién o si nos sentimos o no representadas por ciertas mujeres” y a trazar alianzas con otros sectores y minorías.
Meritxell Freixas