El terremoto magnitud 7,5 que sacudió a Illapel el 8 de julio de 1971, a ocho meses de que Salvador Allende asumiera la Presidencia, fue el evento que motivó a Patricio Manns a trabajar en el libro “Los Terremotos Chilenos”, una publicación periodística de dos volúmenes de Editorial Quimantú cuyo propósito principal fue educar a la población sobre este tipo de desastres tan característicos de nuestro país.
Este objetivo, sumado al análisis de las desigualdades sociales frente a estos eventos y su impacto entre los más vulnerables, así como la propuesta de generar una memoria y cultura resiliente asociada a los desastres socionaturales, son parte del visionario trabajo realizado en esta materia por el reconocido cantautor fallecido este sábado.
A través de fotos, reflexiones y revisión documental, Patricio Manns hace un recorrido sobre la historia sísmica nacional. Paulina Vergara Saavedra, académica del Instituto de Asuntos Públicos (INAP) e investigadora del Programa de Reducción de Riesgo y Desastres (CITRID) de la Universidad de Chile, detalla que el interés del autor también “venía de su propia memoria sobre desastres, pues presenció directamente el gran terremoto y posterior crisis de 1960, cuando vivía en Chiloé, y presenció la muerte y desaparición de varias vidas”.
“¿Qué diablos nos proponemos al hablar de terremotos de Chile? Puesto que surge la pregunta, diremos lo siguiente: hacer un pequeño balance de los mismos, explicarles a las gentes qué es un sismo, cómo se produce, qué hay que hacer para aminorar sus efectos sobre la población, por una parte; por otra, queremos hacer comprender que es un fenómeno ‘ineludible’, al cual tendremos que conformarnos mientras vivamos, al menos en este fantástico país (…) Naturalmente, hubo que escribir dos libros: el primero es el ‘malo de la película’: cuenta los muertos y las ruinas; cuenta los pavores y los espantos; cuenta ‘la sangre’. El segundo, en cambio, es luminoso, y relata, completando el feliz título del ‘maestro Nicomedes’, la esperanza”, explica Patricio Manns en la introducción del volumen 1 de Los Terremotos Chilenos.
Obra vanguardista sobre desastres naturales
Estos dos libros, que distintas personas mantuvieron en la clandestinidad durante la dictadura y hoy se encuentran disponibles en la Facultad de Filosofía y Humanidades y en el Instituto de la Comunicación e Imagen de la U. de Chile, revela una de las facetas menos conocidas de Patricio Manns, pero que es valorada como una propuesta que se adelantó en varias décadas a la integración de una perspectiva social al estudio sobre desastres.
“De una manera muy sabia y muy poco común para la época, Manns planteaba cómo estos eventos afectan de manera distinta a la población producto de las desigualdades, con mayor impacto en las personas más vulnerables. Estos libros fueron bien vanguardistas para la época, puesto que formulan reflexiones sobre las desigualdades, la capacidad de las comunidades de salir adelante pese a la adversidad, se cuestiona críticamente sobre el rol del Estado y la necesidad de educar a las personas en torno a riesgo de desastres”, comenta la académica de la Universidad de Chile.
De esta forma, Paulina Vergara Saavedra plantea que “su trabajo contribuyó tempranamente a generar una memoria sobre desastres socionaturales en un área del conocimiento donde -en palabras simples- estamos siempre ‘descubriendo el hilo negro’, ya que como él mismo plantea en ambos libros, a pesar de la sismicidad y la exposición recurrente a múltiples amenazas, en Chile sabemos -en general- muy poco sobre esto en términos históricos y sociales. Salvo la memoria local, ancestral y popular, que algo logra retener, en los estudios de ciencias sociales y humanidades tenemos aún espacios vacíos”.
En esta línea, a casi cuatro décadas de la publicación, destaca que el libro incluye reflexiones sobre el aporte de la cosmovisión indígena y cómo esta ha sido relegada. “En el Libro 2 de ‘Los Terremotos Chilenos’, Manns se refiere particularmente a los aportes de los pueblos lafkenche y mapuche, en donde critica el que se hayan relegado estos saberes, a pesar de que entregan luces sobre el pasado de maremotos, erupciones y terremotos del centro y sur de Chile. No solo hace referencia a KaiKai-Vilu y Trengtreng, revisando las publicaciones de Lenz en los Anales de la Universidad de Chile y documentos históricos y oficiales, Manns establece los elementos comunes entre la herencia oral indígena y diversos eventos catastróficos”, señala la profesora del INAP.
Esta incorporación de saberes ancestrales de nuestro territorio en el conocimiento de un fenómeno que -en ese entonces- era abordado desde enfoques fisicalistas y tecnocráticos es parte del vanguardismo de la obra. Al respecto, la académica indica que “los enfoques de vulnerabilidad social que comprenden los desastres socionaturales, con causas y efectos sociales, económicos, institucionales y políticos, recién aparecieron en los años 90’, así como los estudios sobre género y desastres. Entender que las víctimas de un evento catastrófico no son víctimas pasivas, sino que pueden salir adelante, liderar, aprender y/o transformarse corresponde a los enfoques de resiliencia que se desarrollan recién a fines del siglo XX y principios del siglo XXI”.
Un legado multi y transdisciplinario
El indiscutible valor del legado artístico y cultural de Patricio Manns se ve, de esta manera, enriquecido además por su aporte al entendimiento transdisciplinario, a la construcción de memoria y por la preocupación comunicacional ante eventos que han marcado la historia de nuestro país y que seguirán generando cicatrices a futuro. Su visionaria propuesta resulta relevante para la reducción de riesgo ante los terremotos, pero también para otros fenómenos de alto impacto político, económico y social como la pandemia y el cambio climático.
La profesora Vergara Saavedra releva, además, que “en ambos libros se intenta incorporar -sin saberlo- un enfoque resiliente, en el que los esfuerzos se focalizan en educar a través de la lectura a la población en general sobre riesgo de desastres, en el entendido que conocerlos permite enfrentarlos de mejor manera”. En este contexto, Patricio Manns manifiesta su inquietud en relación a “si los habitantes de Chiloé, por ejemplo, en 1960, hubiesen sido informados previamente de que tras un terremoto ocurrido en la costa sobreviene un maremoto o tsunami, miles de ellos habrían salvado la vida. Las consecuencias de tal ignorancia son de todos conocidas”. (p.5)
Es por esta razón que, en el marco de la partida de Patricio Manns, la académica de la U. de Chile e investigadora de CITRID destaca su aporte menos conocido en la reducción de riesgo de desastres, particularmente en un momento en el que hoy se cruzan distintos tipos de crisis con la esperanza en torno a una nueva Constitución. “Es un llamado a reflexionar sobre la memoria de este país, sobre los escenarios multiamenaza que hemos confrontado a lo largo de nuestra historia y en el que nos encontramos ahora. Porque aprender de lo que fuimos, de lo que hemos hecho y de lo que hemos afrontado, nos permitirá co-construir lo que queremos ser”.
En este contexto de cambio climático y pandemia, agrega, “hemos vuelto a tomar conciencia de la importancia de la memoria y de la educación como estrategias para la reducción del riesgo de desastres. Los libros de Manns se enmarcan en un esfuerzo público de divulgación de conocimiento que permitiera contribuir a enfrentar mejor los futuros escenarios ante la posibilidad cierta de nuevos eventos socionaturales”.
Ya que, como indica Patricio Manns, “porque si nosotros, los chilenos, que tanto sabemos de vino, de mar, de locura, de poesía, de archipiélagos y de bares, de barcos hundidos y de países puestos a flote después de estar hundidos, ¿por qué oculta razón no tenemos que ser también los más profundos conocedores de esto que es tan nuestro y que llena de pavor o de curiosidad a tantos otros pueblos del mundo?” (Libro 2, p.6).