Por Guillermo Correa Camiroaga
Los perros callejeros porteños son parte del patrimonio vivo de Valparaíso y en cada actividad que se realiza en la ciudad -cualquiera sea su naturaleza, contenido y características, tanto en el plan como en los cerros del Puerto- su presencia y participación activa es parte fundamental acompañando comparsas, batucadas, desfiles, carnavales, espectáculos teatrales, musicales y por supuesto que son infaltables en la primera línea de las movilizaciones y protestas.
Año 2010
Año 2010
Cuando el “Matapacos” se transformó en el ícono de la Rebelión Popular iniciada en Octubre del 2019, conversando con Juan – un compañero de calle con quien compartimos desde hace varios años la tarea de registrar mediante medios audiovisuales y crónicas lo que sucede en Valparaíso, razón por la cual nos hemos definido como “observadores sociales”- coincidimos en que el “perro Matapacos” había nacido acá en Valparaíso y recordábamos claramente que aquel nombre lo habíamos escuchado por allá en el año 2010-2011 en medio de las masivas y potentes protestas estudiantiles.
Año 2010
En esa época no tenía un pañuelo rojo en su cuello, pero si era un perro de color negro que era llamado “Matapacos” por lo(a)s manifestantes debido a su aguerrido comportamiento en contra de las Fuerzas Especiales de Carabineros y, sobre todo, enfrentando resueltamente con sus ladridos y brincos los vehículos policiales, con especial ímpetu contra motos, zorrillos y guanacos.
Año 2011
Precursor de la “Primera Línea”, ya que juntos a otro grupo de perras y perros que se iban sumando a medida que avanzaba la marcha se instalaban por delante de la misma, como guardianes y conductores de la enorme manada rebelde que se desplazaba detrás, ya que si alguien intentaba acercarse enfrentando la columna debían hacerse un lado y unirse a la masa de manifestantes cuidadosamente pasando por el costado. En varias ocasiones pude observar el cuidado que tuvieron que tener alguno(as) personas que querían unirse a la protesta callejera. Cuando pasabas a formar parte de la marea rebelde eras uno(a) más de la manada y podías desplazarte sin problemas entre los guardianes caninos de aquella primera línea.
Año 2012
En una ocasión en medio de un respiro de las intensas jornadas de rebeldía popular iniciadas el 19 de Octubre acá en Valparaíso conversamos acerca del origen porteño del “Matapacos” con algunos compañeros mientras compartíamos un “café filosófico, político, sociológico y antropológico para analizar y cambiar el mundo” como jocosamente decíamos, pero cuestionaron nuestros argumentos diciéndonos que como porteños y wanderinos siempre nos gustaba andar diciendo que todo pase iniciaba acá en el Puerto y nos costó mucho con Juan convencerlos de la existencia del “Matapacos porteño” antes que lo llamaran así en Santiago.
Continuamos haciendo memoria y Juan se recordaba que se trataba ya en esa época, hablamos del 2011, de un perro más bien viejo, recordando que en algún momento había escuchado a dos muchachas comentar con pena que “se había muerto el matapacos”. No se acordaba en qué año fue aquello, pero era un antecedente más que se agregó a esta conversación.
A regañadientes aceptaron nuestros argumentos basados en la participación directa en las movilizaciones de dichos años, donde fuimos testigos directos del actuar de los perro porteños y “testigos de oída” de quienes lo llamaban así.
Nos pidieron pruebas, registros fotográficos e incluso que les mostráramos cuál era en forma precisa el famoso “Matapacos porteño” del que hablábamos. Quedamos de buscar las fotografías, pero la Rebelión Porteña con sus movilizaciones cotidianas y múltiples, que brotaban espontáneamente como olas incontroladas desde los más diversos rincones de Valparaíso hizo que esa entretenida “discusión de café” quedara en el olvido.
Año 2012
Año 2012
Hace un par de días, leyendo el libro de Tito Tricot “Rebelión en Valparaíso. Testimonios entre líneas”, se hace mención a este episodio del “Matapacos porteño”, relatando lo conversado animadamente mientras degustábamos un café italiano el año 2019, lo que me llevó a refrescar la memoria y, además, la promesa prometida de buscar “pruebas”.
Me dediqué a buscar en los archivos fotográficos digitales desde el año 2010 en adelante en busca de imágenes del “Matapacos porteño”. Así nació esta crónica.
Año 2014
Alguno de los perros que aparecen en las fotografías de esta crónica debe ser nuestro mítico “Matapacos”. No puedo ni tengo como aseverarlo, pero conversando hoy con Juan, volvimos a “hacer memoria”, coincidiendo nuevamente con lo que habíamos planteado anteriormente en torno a un café espresso “lungo”. ¡Y sí!, exclamamos, ¡el “Matapacos porteños” existió!
Año 2015
Año 2016
Año 2016
Año 2016
Año 2016
Año 2016
Año 2016
Año 2016
Año 2019
Año 2019
Guillermo Correa Camiroaga, Valparaíso 31 Marzo 2021