Funcionarios pertenecientes a la Asociación Nacional de Suboficiales Gendarmería de Chile (ANSOG) y la Asociación de Gendarmería de Chile (AGECH) iniciaron ayer una huelga de hambre de carácter indefinido en la Región Metropolitana para demandar mejoras laborales.
La movilización ocurre en un contexto de fuertes cuestionamientos a la gestión del director nacional Tulio Arce y su círculo de hierro. No sólo ha sido cuestionado él sino su jefe de gabinete, Patricio Torres (foto arriba), pariente de dos oficiales involucrados en una investigación que detectó faltas a la probidad y que sin embargo no fueron sancionados.
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Fuentes de El Ciudadano apuntaron a la abultada remuneración percibida por Torres a inicios de este año, la cual ha sido objeto de queja por funcionarios de alto rango de la institución.
Lo que genera suspicacia y polémica es el criterio usado para la concesión de asignaciones críticas a cargos sin responsabilidad de mando de línea como el de jefe de gabinete, que percibe un 39,38% de asignación, o el de inspector operativo Maurice Grimalt, con un 35,34%.
Una revisión a los antecedentes de la Dotación de Planta de Gendarmería, alojados en el portal Gobierno Transparente, permite constatar que el coronel Patricio Torres, con calificación profesional de administrador público, recibió en marzo de 2016 una remuneración bruta mensualizada de $9.163.947, superior a la dieta de un parlamentario.
La misma inquietud existe sobre el presunto aumento irregular de la pensión de retiro del ex oficial Patricio Campos, quien trabaja como «asesor» en el Ministerio de Justicia y goza de buenas relaciones con la titular de esa cartera, Javiera Blanco.