El sacerdote Miguel Woodward, un cura obrero, militante político y popular, comprometido con las causas de los más humildes, fue detenido por la Armada de Chile pocos días después del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, llevado a distintos lugares de detención y torturado en numerosas ocasiones lo que finalmente le causó la muerte estando prisionero en el Buque Escuela Esmeralda. Su cuerpo fue enterrado clandestinamente en una fosa común o en algún otro lugar del cementerio Playa Ancha el 25 de septiembre de1973, según consta en los libros del propio cementerio. Hasta el día de hoy la Armada de Chile ha mantenido un pacto de silencio sin entregar ningún dato a sus familiares y amigos para poder encontrar sus restos.
Los familiares y la Agrupación de Amigos de Miguel Woodward han realizado numerosas diligencias para encontrar el cuerpo del sacerdote asesinado por agentes de la marina, pero aún hoy después de cumplirse casi 50 años de su desaparición sus restos no han podido todavía ser encontrados.
El sábado 25 de septiembre del 2021, a mediodía, como se viene haciende desde hace ya muchos años, se realizó una romería y un acto en el Memorial de Miguel Woodward ubicado frente al mar en el cementerio N° 3 de Playa Ancha, lugar hasta el que acudieron representantes de diversas organizaciones de Derechos Humanos de la V Región. En esta ocasión estuvieron presentes también compañeros provenientes de Santiago, pertenecientes al Comité Oscar Romero, quienes acudieron junto al sacerdote Eugenio Pizarro.
Javier Rodríguez, a nombre de la Agrupación Amigos de Miguel Woodward, al dar por iniciada esta ceremonia, expresó lo siguiente:
“Han pasado muchas cosas desde que nos vimos en directo por última vez. Vino el estallido social, casi derrocamos a Piñera, salimos con una Convención constituyente y así pasaron cosas y cosas. Pero al mismo tiempo no pasaron cosas, no hemos encontrado más compañeros detenidos desaparecidos, no se ha hecho verdadera justicia y estas cosas son las que duelen.
Estar acá mirando todas las caras presentes, que hacía tiempo que no nos encontrábamos, me llena de orgullo, de satisfacción al poder decir que una vez más estamos presentes, porque el olvido es lo peor que nos puede pasar. El olvido es matar al compañero y la compañera otra vez. Por eso nuestra presencia hoy es por no olvidar y no perdonar.
Muy pronto va a terminar el juicio de Miguel y habrá una sentencia, pero no porque termine el juicio Miguel no seguirá siendo buscado. Nuestro compromiso es seguir luchando por encontrar su cuerpo.
Dentro de las cosas malas que están pasando en nuestras poblaciones está el hambre, pero la cara “buena” de todo esto es que los jóvenes se han organizado y en forma autogestionada han levantado Ollas Comunes, organizándose silenciosamente, solidariamente. Esto ha sucedido en todo Valparaíso, en todo Chile. También en el cerro Placeres la juventud de la organización Amigos de Miguel lograron crear una Olla Común y llamamos a solidarizar con esta iniciativa.
Tenemos que estar muy atentos también porque desde la dirección del cementerio nos pidieron reunirse porque quieren hacer una transformación de este lugar, de este memorial. Quieren eliminar la escalera, pero nosotros ya nos negamos rotundamente a que se haga alguna transformación. Por eso llamamos a estar atentos para no encontrarnos con hechos consumados.”
Debido a las restricciones derivadas de los protocolos sanitarios como consecuencia de la pandemia de coronavirus, esa vez no se realizó un acto artístico cultural, por lo que luego de la introducción de Javier se ofreció la palabra en forma libre para que los y las asistentes expresaran las reflexiones que estimaran pertinentes realizar en esta oportunidad.
Transcribo a continuación, extractos de las distintas intervenciones:
“Soy integrante de la Agrupación de Ejecutados y Ejecutadas Políticas, Detenidos y Detenidas Desaparecidas de Valparaíso y hemos querido estar en este acto de conmemoración a Miguel Woodward, como cada año lo hacemos, pero con un sentimiento cada vez mayor de rabia, más pena, más dolor, porque vamos sabiendo de a poco, de a goteras, de todos los tormentos que tuvieron que pasar nuestros compañeros y compañeras; rabia y dolor por la imposibilidad de justicia, esa justicia negada desde siempre, pero también con el convencimiento que con el amor y el ejemplo que ellos nos entregaron seguimos rescatando la memoria popular combativa de ellos.
Estamos convencidos que es necesario rescatar esta memoria para hacerla carne en cada cosa que hagamos, entregando esta memoria a las nuevas generaciones, contándoles quienes fueron ellos, ellas, qué hicieron, como vivían, por qué lucharon, por qué los mataron. No creemos en la justicia porque está secuestrada hace mucho tiempo, sabemos que es un brazo más de la represión a la que es sometido el pueblo cuando levanta su voz, cuando exige derechos arrebatados. Por eso jamás perdón, jamás olvido y exigir justicia, verdad, reparación.
Tenemos que construir una alternativa popular combativa para lograr justicia social avanzando de a poco, organizándonos, creando autodefensa popular. Es necesario empezar a defendernos, ya basta de que nos golpeen, que nos maten. Tenemos que seguir exigiendo la libertad de todos nuestros jóvenes que siguen presos, exigir la liberación de Mauricio Hernández, un combatiente ejemplar. En él sitúa todo el odio está clase dominante porque a través del castigo de él pretenden castigar a todo el pueblo. Tenemos que seguir juntándonos, organizándonos y continuando esta lucha hasta la victoria.”
“En representación de la Comisión Chile de Derechos Humanos de Valparaíso y como responsable de Cultura de la organización no puedo dejar de mencionar la dolorosa pérdida de Patricio Manns.
Todos y todas las que estamos acá tenemos claro que nuestra misión es rescatar el legado del compañero, junto a todos los compañeros y compañeras que hoy recordamos, como es el caso del sacerdote Miguel Woodward, quien era mucho más que un sacerdote, era un trabajador y un luchador social, al igual como otros sacerdotes como Alsina, como Llidó. También nuestros otros detenidos desaparecidos, ejecutados y ejecutadas eran mucho más que un trabajador o una trabajadora, eran militantes y eso es súper importante que lo reivindiquemos. Es decir hay que rescatarlos en su integralidad.”
“Estoy aquí para recordar a mi amigo y compañero de Seminario, Miguel Woodward. A un sacerdote como él quiero rendirle un homenaje en este día depositando en su memorial este clavel rojo. Miguel era de una risa incomparable, magistral, que revelaba su gran corazón y vida interior (…) Miguel entregó su vida por la causa de los marginados, los más pobres, el pueblo (…) Hoy día Chile puede renacer si el pueblo, que es el soberano, se organiza y se moviliza. Si ya lo hizo un 18 de octubre, cuando hizo temblar a la clase política, a Piñera y a toda la clase política sin distinción ninguna (…)
Chile es una gran mentira política. Si ustedes escuchan hoy día a los candidatos ¿quiénes están hablando de un cambio del neoliberalismo; quién está hablando realmente de que la Convención Constitucional no es lo mismo que Asamblea Constituyente, como el pueblo demandaba?
En la Convención Constitucional prima el 1/3 y los 2/3 inventado por la clase política (…) los políticos asustados por el despertar del pueblo el 18 de octubre se reunieron hasta las cuatro de la mañana, sin distinción de izquierda, derecha, centro, y firmaron y rayaron la cancha del proceso constituyente. El pueblo pedía Asamblea Constituyente. Ganó el Apruebo, pero pusieron una segunda pregunta, Convención Mixta o Constitucional, no Asamblea Constituyente.
Si los independientes y los que están con el pueblo no se unen en la Convención es muy difícil que superen los 2/3, por lo tanto no habrá cambios.
Tengo la esperanza, a lo mejor un poco lejana y vaga, de los que están en la Convención Constitucional, que no son del empresariado y la derecha, logren llegar a los acuerdos para que se alcancen estos dos tercios y esos cambios favorables al pueblo se puedan realizar”
“Miguel Woodward formó parte del MAPU, Movimiento de Acción Popular Unitaria y llegó a nuestro partido para combatir, no para llorar, no para rezar. Recuerdo que en la Célula donde compartimos nunca Miguel trató de adoctrinarnos en ningún catecismo. Él rompió con el sitial tranquilo de una parroquia, de un sacerdocio donde podía tener el apoyo de una iglesia poderosa y al romper con esa iglesia, la iglesia lo expulsó (…) Miguel fue un verdadero militante cuyo objetivo, igual que el de todos nosotros, los mapucistas, los comunistas, los socialistas, los radicales, los miristas, era construir el socialismo en Chile. Y para construir el socialismo no bastaba con tener el sartén, había que romper los huevos y había que contar con todos los medios de lucha (…) El poder popular no surgió de ningún escritorio, de ningún libro, surgió de la base popular. Miguel fue presidente de una JAP, Junta de Abastecimientos y Precios, que surgieron para proveer de abastecimientos, de alimentos a los pobladores, a los trabajadores, mientras la derecha y sus monopolios acumulaban los alimentos, acumulaban todo lo que el pueblo necesitaba de manera de crear un mercado negro para combatir al gobierno popular. En esa lucha por el socialismo participó Miguel Woodward, y por eso lo mataron, como a muchos compañeros.
Lo del 18 de octubre fue una rebelión popular contra todo este sistema neoliberal organizado por la dictadura y continuado por la Concertación. Ahora estamos en una nueva etapa, donde las banderas de Miguel, las banderas del socialismo, las banderas del poder popular vuelven a surgir y nos acompaña ahora una nueva bandera, la bandera del pueblo mapuche (…) Recordamos a Miguel no para llorar, recordamos para tomar conciencia de que estamos tomando la posta de otros compañeros que cayeron por la misma causa (…) Hoy día nuestro país todavía sigue dependiendo de los grandes monopolios internacionales, sigue dependiendo del imperialismo, por eso he recordado esto, porque la palabra pueblo trabajador, clase obrera, lucha de clases, socialismo, lucha contra los monopolios, contra los latifundios, contra el imperialismo, tiene que volver a surgir en la conciencia de todos los compañeros, tiene que volver a surgir para que hagamos una verdadera unidad de todos los trabajadores, de todo el pueblo, para seguir avanzando en la lucha por la liberación. Ese es el mejor homenaje que le podemos hacer a Miguel Woodward.”
“En Placeres Alto los jóvenes del Grupo Amigos de Miguel tenemos una Olla Común. En Placeres Alto Miguel vivió con los más pobre, han pasado cincuenta años desde eso y Placeres Alto sigue teniendo a los más pobres. Hemos entregado por más de un año, por lo menos una vez a la semana, alrededor de cien raciones de comida. Como la Olla Común se llama Miguel Woodward, las familias que llegan de repente nos comentan “ah, el curita, sí, yo lo conocí”. Todas las casas y las tomas de terreno en las que Miguel ayudó siguen estando ahí y siguen siendo igual de pobres. Hay sectores que no tienen agua potable y estaba ahí escondido. Vivíamos al lado y no nos dimos cuenta que tan cerca de nosotros la pobreza está muy vigente y hay niños, hay familias que a veces no tienen para comer. Al fondo de la quebrada hay familias que no tiene agua potable y no tienen que comer. Frente a eso es la figura de Migue la que nos impulsa a seguir trabajando allí (…)
Las empresas que apoyaban a los “comedores populares” como ellas les ponían, porque Olla Común les asusta un poco, porque es del pueblo, cuando sabían que nuestra Olla Común se llamaba Miguel Woodward no nos apoyaban. Esa ayuda nos fue llegando de rebote de las otras Ollas Comunes y de la solidaridad de compañeras y compañeros. Todavía seguimos teniendo muchas necesidades y por eso hacemos un llamado a la solidaridad”.
“Estamos haciendo un acto de memoria, pero también estamos haciendo un acto de militancia, dando testimonio de lo que hemos sido, el rol que hemos jugado y lo que estamos haciendo ahora, en distintos lugares y en distintas instancias son actos de militancia. Las Ollas Comunes son un ejemplo de esto. Es importante reconocer el aporte de muchos hombres comprometidos con la iglesia. Hace algún tiempo nos dejó el padre Mariano Puga, un hombre que al igual que Miguel hizo su apostolado, no solamente en términos de una iglesia, sino en términos de compromiso con su gente, con su pueblo, con los humildes. La Comisión Ética Contra la Tortura, de la cual soy parte, se estructuró en torno al sacerdote José Aldunate, también recordar a los sacerdotes Alsina y Llidó…”
“Yo quiero rescatar el trabajo que hizo Miguel en la población, en Los Placeres, el compromiso con este concepto del cura obrero, que se despoja de todas sus pertenecías y solamente viste con la ropa del pueblo. El rescate de Miguel como político, militante, de compromiso con el poder popular, con la construcción del poder en lo cotidiano, en el día a día. Pertenezco a un colectivo que se llama Pueblo Organizado, que es reciente, que lleva muchos años conversando y trabajando, pero recién nos pusimos nombre. Al calor de lo que ustedes dicen de la rebelión popular, al calor del poder popular, nosotros nos agrupamos en torno a eso, en la lucha cotidiana, en la lucha del día a día, una lucha alegre y combatiente contra las injusticias. Estamos tratando de agrupar a distintas organizaciones sociales, centros culturales, dirigentes sindicales, en nuestro pequeño colectivo.
Hoy hay diversos caminos que enfrentamos, uno de ellos es el camino Constitucional de la nueva Constitución, otro camino es el camino del poder popular. Algunos no abrazamos el camino de la Constitución porque creemos, con mucho respeto lo planteo, que cualquier camino que parta de un pacto con la burguesía a nosotros nos causa sospecha. Creemos que esta Constitución, por mucho esfuerzo que se haga, es una Constitución que ya viene amarrada, viene tutelada por el Poder Judicial, hay normas que le impiden avanzar, aunque se corra el cerco. El legado de Miguel no es correr el cerco, es construir poder popular real, verdadero, autónomo, desde fuera de todas las instituciones burguesas (…) Nuestro colectivo pertenece a una agrupación mucho más grande que se llama Polo Clasista, donde hay más de 40 organizaciones populares que no están por el camino que nos ofrece la burguesía hoy día, por el camino institucional, sino estamos por el camino autónomo, desde abajo, como también escuché decir aquí (…) En Chile también hay jóvenes que si bien no están por el camino institucional, estamos por el camino de la construcción real, del poder autónomo, sin recursos y desde la autonomía estamos tratando de levantar los sueños de Miguel, como tantos otros Migueles también, el sueño de construir una sociedad distinta.”
“Pertenezco al Comité Oscar Romero y es primera vez que vengo a este acto. Invité a Eugenio Pizarro, un cura amigo con el que hemos estado muchos años caminando juntos. Nuestro comité está preocupado también de los problemas temporales, de los problemas actuales, y no solo para recordar el asesinato de Monseñor Romero.
En este mismo acto en que hacemos un homenaje al sacerdote Miguel Woodward, recordamos a tantos caídos como a Joan Alsina, que lo recordaremos dentro de sus 48 años de martirio; Gerardo Poblete también, otro sacerdote que fue asesinado en Iquique; Antonio Llidó, que está como detenido desaparecido; André Jarlan, que fue asesinado en plena dictadura, en la población La Victoria.
Miguel Woodward nos da una inspiración para seguir junto con estos otros sacerdotes que optaron por un compromiso político real para poder cambiar las condiciones de los más humildes. Hace poco falleció otro de los grandes, Pablo Richard, también militante, perseguido por la iglesia católica, perseguido por la dictadura y falleció en Costa Rica donde tuvo un largo trabajo intelectual, poblacional, al lado de la gente, por eso nosotros también hacemos memoria de todos ellos. Junto a Miguel recordamos también a muchos otros caídos. Lo más importante es la organización, volver a los cabildos, volver a los comités de adelanto de las poblaciones, en los centros universitarios. No dejar de lado nunca la organización.”
Guillermo Correa Camiroaga, Valparaíso 25 septiembre 2021.