Cuando el ministro de salud Jaime Mañalich entrega, cada jornada, su resumen sobre el Covid-19 debería ser precedido por una voz de ultratumba que dijera: “Y ahora queda con ustedes el siniestro Dr. Mañalich”, y de fondo aquella melodía y risotada tenebrosa que acompañaba los capítulos de radioteatro de El Siniestro Dr. Mortis.
Esto, porque Mañalich y Mortis poseen los mismos aguijones para sucumbir a sus víctimas. Sobre todo la maldad y soberbia de sentirse impunes.
El siniestro Dr. Mañalich, antes de ser nombrado ministro ya tenía un prontuario de embustes y oscuridades que se ha ido acrecentando con la llamada “crisis del coronavirus”. Lo podemos ver diariamente en los medios de comunicación, sobre todo en la televisión, donde aparece fingiendo un semblante doloroso y una voz gastada por la dramática situación que conlleva la pandemia, simulacro mediático, obviamente, con la clara pretensión de ser un piadoso camino al corazón de los chilenos; es decir, la farsa del “somos todos amiguis ante la tragedia”.
Mañalich, en otro aspecto de su narcisismo, se dirige al país sintiéndose como un gran y único general, el elegido favorito del piñerismo, para derrotar al mortal enemigo que invadió nuestro territorio. Para ello se hace eco del mundo del presidente Piñera, mundo donde solo se escucha la voz del presidente, solo habla el presidente, solo existe el presidente, ese mortal piñerismo que tiene al país haciendo agua por los cuatro puntos cardinales. Un país donde Mortis se sentiría a gusto con su tenebrosa melodía recolectando cadáveres de hambre, cadáveres de represión, cadáveres de cesantía, cadáveres de asesinatos y manipulaciones.
Mañalich ha dicho muchas mentiras al país, distorsionando cifras, mofándose y enarbolando frases merecedoras de los Nueve Círculos que nos relatara Dante: “Tenemos 500 ventiladores de China”, “Mejor sistema de salud del planeta”, “Salir a tomarse un café o cerveza”, “Virus buena persona”, “Cuarentena total es absurda”, “Me llaman para felicitarme”, “Carné Covid-19”, “Si pasan 14 días eres inmune”, “Tenemos todo controlado desde el inicio”, “Llegamos a una meseta”. “Nueva normalidad” y una serie más de mortal piñerismo. Siendo la mayor mentira decir que tenían todo controlado desde que se tomó conocimiento del Covid-19 (finales de 2019 y principio de 2020).
Los detalles de esto ya todo el país los conoce, lo que se desconoce es el desenlace…, aunque, como diría Mortis, con su risotada tenebrosa, lo podemos sospechar…
Por Alejandro Lavquén