Tras el infierno vivido, el viudo de Joane Florvil, Wilfrid Fidele, concedió a Qué Pasa una entrevista en la que habló de su amarga experiencia en Chile, a raíz de lo ocurrido con su pareja.
Joane Florvil falleció el 30 de septiembre del pasado año en el Hospital Clínico de la UC por una falla renal que nadie sabe cómo se generó. “Me siento humillada. Me trataron como una persona sin dignidad”, había afirmado días antes de morir.
Florvil había sido detenida el 30 de agosto tras un calvario que empezó con el robo de los documentos de Wilfrid. Pidiendo explicaciones a laOficina de Protección de Derechos (OPD) de Lo Prado, nadie entendió sus reclamos porque no hablaba español y, yendo a buscar desesperada un traductor, dejó su hija a manos a un guardia del organismo municipal. Pero al llegar, la niña ya no estaba allí y Joane fue acusada de abandonar a su hija, algo que un tribunal de justicia, tres meses después, dictaminó que nunca sucedió.
Ahora, dice Wilfrid, su hija es su «única compañera». «Puedo decir que soy todo para ella, y ella también es todo para mí», añade. Desde febrero trabaja de lunes a viernes y a las 8:30 deja a su hija en la sala cuna y luego Isabel Araya, su vecina chilena de enfrente y madrina de la niña, va a retirarla y la cuida en su casa. Araya es su única red de apoyo.
Para Wilfrid lo más duro ha sido no poder trabjar durante todo este tiempo, ya que hasta febrero le habían dicho que si dejaba la niña con alguien le podían quitar. «Cada vez que miro a mi hija, pienso en Joane, en la vida y en todo lo que me ha pasado», dice.
En Haití tenía casa propia y era dueño de un negocio de motos y afirma que si hubiese sabido la pesadilla que le esperaba en Chile, jamás habría venido. Se arrepiente de haber venido y lo afirma sin tapujos. «Chile me enseñó todas las cosas malas que nunca viví en mi país. Aquí vivo en una pieza encerrado. Chile me enseñó la miseria.»
Además, responsabilizó al Estado de lo ocurrido. «Ellos cometieron un error que costó la vida de una persona. Y de eso ya se dieron cuenta. Pero si pagarán o no una multa por ello es una decisión de ellos y de sus leyes. Algo que yo sigo esperando que la justicia resuelva.»
Sin embargo, afirma que «no volvería a Haití. Pude haber tenido una buena vida, pero ya no. Y cuando sales y vuelves con una vida peor de la que tenías, te miran feo. Yo ya no tengo nada. Lo gasté todo para venir a Chile. Y aunque quisiera volver, volvería sin nada. Si tengo la oportunidad de irme a otro país con mejores oportunidades, lo haría, ni muerto me quedaría aquí. No estoy acostumbrado a quedarme encerrado. Es una prisión. Para mí y para una niña tan chiquitita.»
El pasado martes los abogados de Wilfrid le informaron que el Estado de Chile financiará el regreso de Joane a Haití. Así pues, la próxima semana, la comunidad haitiana le hará una ceremonia de despedidad a Joane antes de que sus restos partan rumbo a Haití.