Hasta la ciudad de Bruselas, en Bélgica, llegó este miércoles la lingüista y expresidenta de la Convención Constitucional, Elisa Loncon, para recibir el premio de la Fundación Coppieters por su contribución a la diversidad cultural, la paz y los derechos de las minorías.
Según destacaron desde la fundación, Loncon es la primera persona no europea en recibir el galardón, el cual busca reconocer a las personas y organizaciones que han logrado encontrar formas innovadoras para promover el diálogo intercultural, la paz y la democracia.
«Hoy me encuentro ante ustedes con un profundo sentimiento de gratitud (…) No lo recibo solo yo, sino también las voces de quienes han sido silenciados. Este reconocimiento es un tributo a la lucha y resistencia de los pueblos indígenas, a sus lenguas, sus culturas y su derecho a un futuro donde la democracia sea realmente inclusiva, plural y justa», declaró Loncon durante su discurso de aceptación.
«La lucha de los pueblos indígenas sigue viva y sigue iluminando el camino hacia un mundo distinto, un mundo donde coexisten muchos mundos. Un mundo donde la diversidad no sea vista como una amenaza, sino como la verdadera esencia de la vida», agregó la académica de la Universidad de Santiago.
En esa línea, Loncon llamó a «dejar de ver a los pueblos indígenas como una carga y comenzar a reconocerlos como guardianes de la biodiversidad. Y portadores de una sabiduría ancestral que puede ayudarnos a reconstruir el equilibrio perdido»
Loncon sobre la Convención Constitucional: «Una vez que perdimos, todos nos abandonaron»
Durante su discurso, Elisa Loncón aprovechó para referirse al trabajo de la Convención Constitucional que ella lideró durante 2021, afirmando que la propuesta redactada por el organismo «abría el espacio al diálogo para que podamos decidir sobre la educación de nuestros hijos, sobre nuestro territorio y su naturaleza, sobre cómo guardar nuestro patrimonio».
La investigadora argumentó que uno de los factores que explican el fracaso del proceso constituyente es «el colonialismo asentado en una visión única de la nación y la falta del reconocimiento de nuestra existencia».
«El proceso fue muy interesante y tejimos alianzas con los movimientos sociales, con los partidos progresistas, con las feministas. Pero, una vez que perdimos, todos nos abandonaron y volvieron a alianzas anteriores», sostuvo Loncon.